Ver las lágrimas en el rostro de Pablo Aguilar, capitán del por aquel entonces CAI Zaragoza, tras caer eliminados en semifinales ante el Real Madrid en la temporada 2012/2013, son un recuerdo reciente que muchos aficionados rojillos tienen todavía en mente. Y no por perder, al contrario, jugadores y cuerpo técnico del equipo zaragozano se sintieron entonces muy arropados por su afición que, al grito de “campeones”, despedían una de las mejores temporadas del Basket Zaragoza en su nueva era.
Las palabras de Aguilar en el centro del pabellón Príncipe Felipe serán también recordadas por eso. Un emotivo discurso que, sin embargo, sonó a despedida. Lo que todavía no se sabía es que pese a la marcha del ala-pívot granadino ese mismo verano al Valencia Basket, la afición rojilla guardaría en su corazón los tres años que Pablo Aguilar dedicó de trabajo y esfuerzo en Zaragoza, ciudad que siempre sería su casa.
Aguilar, su paso por Zaragoza
Pablo Aguilar pasó por Zaragoza dejando huella. Se incorporó a la dinámica rojilla en la temporada 2010/2011, a las órdenes de José Luis Abós, y cuando los zaragozanos regresaban a la máxima categoría. Entonces, un joven Aguilar comenzaría una gran progresión en la capital aragonesa, que le haría llegar a ser referente e, incluso, capitán del equipo.
En sus tres temporadas en el club, y siempre con el número 34, el ala pívot consiguió disputar un total de 95 encuentros. Lástima un par de lesiones que le obligaron a perderse más de un partido y que no lograse así el centenar.
Las cifras del ’34’ rojillo
Con él en el equipo, los zaragozanos lograron quedarse décimos en sus dos primeras temporadas de regreso a la Liga ACB. Entonces, Aguilar promediaba una media de casi 10 puntos por partido, así como los 9 de valoración.
Sin embargo, la gran explosión individual y colectiva llegaría en la temporada 2012/2013. Los rojillos lograron una de sus mejores temporadas hasta la fecha, no solo consiguiendo avanzar hasta las semifinales de liga, sino también los cuartos de final de la Copa del Rey en Vitoria.
En esta última temporada, Pablo Aguilar se coronó como capitán e hizo crecer al equipo, algo que la afición no dudó en reconocer partido tras partido.
Aguilar, carácter y garra
Y es que, si hay algo que caracterizó el paso del ala-pívot por el conjunto zaragozano fue su fuerza en el campo. Algo que Abós vio y no dudó en explotar. En su última temporada en el club, Aguilar llegó a disputar más de 900 minutos, la cifra más alta de toda su carrera en esta competición.
El baloncesto en el Príncipe Felipe no se entendía sin él. Y sí, es cierto que, al final, hubo que verlo marchar. Eso sí, no sin antes recordar, de alguna forma, que aprender a querer significa estar preparado para dejar ir. De hecho, esta parece ser una frase que la afición rojilla tiene muy calada en su interior, pues el cariño por Pablo Aguilar no ha desaparecido con el paso del tiempo.
Ahora, siete años más tarde y con un buen número de partidos y experiencia a sus espaldas, el granadino sigue recordando con emoción su paso por Zaragoza. Y, lo mejor de todo, es que la ciudad, de la misma forma, le aguarda siempre con los brazos abiertos y, recordando, como no, que un día fuimos “casi” los mejores.