La historia de los delanteros en el Alto Aragón es variopinta, con éxitos y fracasos, con grandes recuerdos y otros que la afición prefiere olvidar. El nivel del ‘Cucho’ en el año del ascenso o lo que supuso la llegada de Enric Gállego en Primera División son dos ejemplos de lo que se puede conseguir con un buen delantero. La salida del barcelonés al Getafe fue un duro golpe para la SD Huesca que, en el límite del mercado de fichajes de verano, tuvo un golpe de suerte llamado Shinji Okazaki.
El destino quiso que el japonés acabara en la provincia oscense; que llegara primero a un Málaga con problemas económicos para allanar el camino para que el Huesca se hiciera finalmente con él. Algunos especulaban con que su llegada a España tan solo era una trámite vacacional previo a su jubilación. Sin embargo, la realidad no ha podido estar más alejada de dichas expectativas.
Superando los objetivos
Al principio de la temporada, Okazaki dijo que se ponía el objetivo de llegar a los diez goles. No solo lo ha hecho sino que, además, este miércoles ante el Alcorcón logró superar la marca con un tanto importantísimo para dar los tres puntos a los de Míchel. El delantero nipón cabeceó un centro perfecto de Mikel Rico para hacer el 2-1 al borde del descanso.
No satisfecho con el tanto de la noche, el azulgrana se convirtió en un verdadero quebradero de cabeza para la zaga madrileña. Corrió, presionó y luchó cada balón. Su gran actuación le ha valido para que los lectores de Sportaragon le votaran a través de Twitter como el mejor jugador del partido.
⚽️ La @SDHuesca empieza a creer en el ascenso tras el gran triunfo de hoy. ¿Quién ha sido el mejor jugador del partido para ti? ¡Te leemos! 👀
— sportaragon.com (@sportaragon_com) July 8, 2020
Sin duda, la llegada de Okazaki a la SD Huesca fue todo un golpe de suerte y ahora, la afición azulgrana quiere seguir disfrutando de él y, quién sabe si lo podrá hacer en Primera División. Al conjunto azulgrana le quedan tres finales y la victoria de ayer contra el mejor visitante de Europa fue un paso de gigante para empezar a creer.