El día más grande del Old School desde su fundación allá por 2016 con un Siglo XXI inundado del rojo, blanco y negro; colores identitarios de este club zaragozano, no pudo culminarse con gesta, pero seguro que será recordado por tiempo entre familiares, amigos y por supuesto cuerpo técnico y jugadoras. Este domingo 23 de mayo, el partido de ida y la semana previa al gran día.
Primera parte
El partido comenzó con las zaragozanas tan enchufadas como su público. Eva Lagunas tomó el mando de las operaciones y anotó los primeros 5 puntos de Old School. Un inicio que sin embargo, no alteraba a un Cartagena que no perdía comba y mostraba su buen hacer también desde el arranque
Las aragonesas espoleadas por un Siglo XXI que, con medidas de distancia y seguridad, presentaba un aspecto precioso, mantenían el choque igualado la mayor parte del cuarto, pero esto se rompió ligeramente en el final del primer parcial. Momento en el que el equipo cartagenero alcanzaba su máxima ventaja. +8 Cartagena que unidos a los 5 de la ida, eran +13.
Una ventaja interesante con solo 10 minutos de juego pero ni mucho menos definitva si Old School se sacudía los nervios lógicos por la altura de la cita y empezaba a mostrar esa solidez que les había llevado hasta soñar hoy con romper su techo de cristal. Para hacerlo, la primera clave, no mirar el marcador en exceso y centrarse en el triple rival, lugar desde donde Cartagena estaba mostrando un acierto grande.
Lo hicieron las chicas de Alejandro Martínez frenando el rango de acierto y bajando la media de puntos recibidos, sin embargo, la escasez anotadora local no les permitía meterse en demasía en el choque y cuando lo hicieron, -3 en el partido, la respuesta visitante fue directa.
De esta manera, alcanzábamos el paso por vestuarios en el Siglo XXI con la eliminatoria abierta, pero en estado crítico. Había que cambiar el rumbo del choque tras el descanso o el seguir estirando el sueño se desvanecía para Old School.
Segunda mitad
Lamentablemente, fue lo segundo lo que pasó. El equipo de la Región de Murcia salió dispuesto a romper el partido y las jugadoras de Alejandro Martínez, pese a intentarlo y encontrar en ocasiones buenas opciones de tiro, no estaban.
Demasiadas perdidas, excesivos despistes defensivos y un control total cartagenero desde el atisbo de reacción aragonesa del segundo cuarto ahogaban a un Old School que no estuvo cómodo prácticamente en ningún momento, pero que no dejó de luchar hasta el final y alargó su vida en el partido bastante más de lo que un humilde servidor pensaba. Honor al equipo de Alejandro Martínez.