ZARAGOZA | El Real Zaragoza está a once pasos del final de curso. Durante los últimos meses, se ha dirigido hacia el abismo cuesta abajo y sin frenos. En marzo ha tenido que sufrir una revolución interna a la desesperada (otro año más). Ya no está Víctor, ya no está Miguel Ángel Ramírez. Ni siquiera Juan Carlos Cordero ha sobrevivido al camino infernal que ha llevado al Real Zaragoza a vivir las horas más bajas de su historia. Ahora, será Gabi quien tome las riendas de un equipo al que le quedan once pasos por dar. Once finales en las que decidirán si caminar hacia el abismo o hacia la salvación.
La temporada que está cuajando el Real Zaragoza es dolorosa a todos los niveles. Ya en agosto, durante los últimos días de mercado, quedó en mal lugar la dirección deportiva, que fue incapaz de completar la plantilla. Llegadas precipitadas como la de Clemente o Marí en calidad de cedidos y (que no quede en olvido) el falso fichaje de Lekovic, que no se concretó por dos minutos. Pese a la ilusión que se generó durante los primeros partidos, las carencias del equipo saltaban a la vista. Con el tiempo, la cosa no ha hecho más que empeorar.
Dos entrenadores y un director deportivo después, el Real Zaragoza está a once partidos de decidir su futuro. Pese a que se enfrentará a varios aspirantes al ascenso, como el Racing de Santander, Levante o Mirandés, el calendario no es tan malo como parece. Sea cómo sea, el conjunto blanquillo debería ganar ante Ferrol y Cartagena y, al menos, puntuar ante el Deportivo, Castellón y Eibar, rivales directos en la clasificación. Además, el 27 de abril hay un derbi en La Romareda en el que es esencial que el equipo y la afición den la cara.
Son once finales que determinarán la historia de un equipo que nunca se rinde. No hay margen de error. Ramírez y Cordero se han ido. Comienza una nueva etapa y es el momento de que afición y jugadores se reconcilien. Es hora de que quienes el pasado fin de semana despreciaron a los desplazados a Almería hagan algo positivo por este equipo, esta ciudad y esta afición, que ha demostrado estar a su lado incluso en las peores. El Córdoba es el primer paso. Toca cambiar de dirección y caminar hacia la salvación. Toca dejar el abismo atrás.