Abatido. Así me quedé cuando Ocón Arráiz señaló el final en La Catedral. Tras el partido y empate final, tuve la sensación de que el Huesca está desaprovechando situaciones que tiene al alcance de su mano para resolver y no lo hace. Y lo sigo pensando.
Darwin dispara a puerta en San Mamés | Foto: MARCABien; la SD Huesca es un recién ascendido, uno de los equipos con menos presupuesto de la categoría y que tras diez jornadas disputadas se encuentra en decimoquinta posición con 12 puntos, dos por encima del descenso, y sin pasar apuros ni estar en una situación crítica. También, si alguien debió ganar el enfrentamiento del sábado pasado por los méritos hechos… ese fue el Huesca. Por muy poco, pero si la meritocracia rigiera el fútbol, el conjunto azulgrana habría sido el primero en la lista de los dos equipos para hacerse con los tres puntos. No obstante, esto no es así.
Todo parece positivo: los de Tevenet se encuentran invictos a domicilio y recibiendo apenas goles. La victoria en El Alcoraz se resiste pero el equipo está dando la cara y ni mucho menos se es la perita en dulce de la categoría.
“Lo de San Mamés me dejó entristecido”
Quitémonos la careta. Tras cada partido que este Huesca ha disputado, salvo las dos victorias liguera y la de Copa, se me ha quedado la sensación de “oportunidad perdida”. Que se ha hecho mucho más de lo que los resultados y los puntos en el casillero muestran. Que al equipo le falta esa confianza y ese empujón necesario para soltarse del todo, no temer, arriesgar, y vencer. Sí, lo de la Ponferradina podríamos calificarlo como ‘robo’, una circunstancia resuelta de manera injutsa, pero no hay excusas.
Se pagó la condición de debutante frente al Alavés. Lo compro. Sin embargo, Albacete, Tenerife, Elche, Valladolid y Bilbao Athletic. Ante el Girona, un partido igualado y en el que Leo Franco salvó al equipo. Pero, en los cinco encuentros nombrados anteriormente… Desacertados en el Carlos Belmonte, pasivos frente al Tenerife, ignorantes e inocentes ante Elche y Valladolid respectivamente. Y lo de San Mamés me dejó entristecido.
Un dicho popular: “querer es poder”. ¿Se está pudiendo todo lo que se quiere? No, pero hay un por qué: el miedo a perder. Y si temes, te derrotan. Cabe decir que no se está haciendo mal. Para nada. Pero ojalá no nos tengamos que acordar depués de lo no hecho anteriormente. Tan sólo falta confiar y creer; pues este Huesca puede dar mucho más. Porque lo tiene… ¡y lo sabe!.
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