Creo que el momento es hoy, sí. Es muy habitual escribir al acabar los partidos. Cuando las realidades son tangibles y los riesgos de equivocarse ínfimos. Pero esta vez pienso que tenía que ser hoy.
Ahora porque todavía no ha pasado nada, porque estamos a tiempo de todo y porque aún no ha empezado a rodar el balón y no corremos el riesgo de dejarnos llevar por el peso del resultado, por el blanco y el negro o por el reduccionismo del éxito o el fracaso…
Creo que es el momento de ser agradecidos. Serlo sobre todo con un entrenador que llegó a un equipo hundido con mensaje tan claro como optimista, o incluso algo sobreactuado, para algunos. Que fue capaz de contagiar de ilusión a una plantilla y a una afición de un club humilde y permitirles soñar con la posibilidad de permanecer al menos otro año más en el club de los elegidos de la primera división.
No sabemos lo que pasará esta tarde. Si ganaremos nuestro partido o no, o si se darán los resultados necesarios para lograr la ansiada permanencia. Ojalá que sí, lo deseo tanto como todos los aficionados de la SD Huesca. Lo que sí tengo claro hoy, es que el equipo nos ha permitido agarrarnos a la salvación hasta el último día y creo que eso es de agradecer.
Así que, desde este humilde servidor, y a los que lo han hecho posible, muchas gracias por hacer seguir latiendo ese corazón de primera.
Pablo Pueyo Canalis.