La era Jesús Viñuales como presidente de la S.D. Huesca finalizó en una dramática eliminatoria por no descender a 3ª división frente al Castillo canario. Así comenzaba el verano de 2006 en el que después de años de esfuerzo por sobrevivir se vieron acompañados por un cambio de directiva que trajo la profesionalización de la entidad. Lo sucedido en Villanueva de la Serena no es un hecho azaroso. Es consecuencia de un sacrificio. Es resultado de un sufrimiento que nos recuerda a lo acontecido en Benidorm hace siete años.
“Lo sucedido en Villanueva de la Serena no es un hecho azaroso”
Entonces como ahora, el equipo vivía en cierta incertidumbre. No eran semanas felices. Los partidos se atragantaban y tras mucho tiempo en la zona alta, a punto estuvieron de no jugar ‘playoff’, hecho que de ocurrir sería la primera vez en su historia. Pero la historia se escribió dramáticamente en favor de un conjunto de humildes jugadores que ardían en deseos de hacer del Huesca algo grande. La parada a los 11 metros del entonces segundo portero Jorge Larrosa, saliendo desde el banquillo sin calentar, dio al hecho una grandeza mayor. Saltaba al campo para salvar al equipo sin apenas haber contado con minutos en competición oficial. Y atajó.
Aquel ya lejano nuevo Huesca cesó. Pero en algún lugar de la camiseta, en el escudo, incluso en las paredes de las renovadas infraestructuras de El Alcoraz queda un espíritu que apareció mucho tiempo después lejos de Benidorm y del feudo azulgrana. El Villanovense y su cártel de equipo amable, además de jugar frente a su gente, formaban parte de la idiosincrasia de un partido que gritaba estar en contra del Huesca. La tromba de agua caída en los prolegómenos del partido supuso un anticipo del tsunami que recibió en forma de dos goles en apenas diez minutos el equipo oscense. De nuevo, la historia se repite. Muchos jóvenes desconocidos futbolistas todavía para la afición azulgrana se convirtieron, bajo la batuta del 10 y la aparición una vez más de un guardameta que fue decisivo en los lanzamientos de penalti, en héroes dispuestos a seguir escribiendo nuevas hazañas luciendo la elástica azulgrana.
“Muchos jóvenes desconocidos futbolistas todavía para la afición azulgrana se convirtieron en héroes dispuestos a seguir escribiendo nuevas hazañas luciendo la elástica azulgrana”
Ni Tevenet ni sus superiores han dudado. Tampoco la plantilla. Tras años de querer disfrutar de la copa, este año tal deseo se ha transformado en una realidad en el verde. La convocatoria de las dos primeras rondas ha estado caracterizada por la presencia de titulares. Dos prórrogas y una tanda de penaltis han dado paso a un partido histórico. La visita del Barakaldo el próximo 15 de octubre como antesala de un premio de ensueño.
El Huesca, dubitativo y necesitado de mimos en liga, recuperará con la magia de la Copa y ojalá un Alcoraz lleno, su mejor versión buscando lograr una nueva gesta para el club y así poder alcanzar una eliminatoria frente a uno de los grandes del fútbol español.