Acabó la temporada 2018/2019 para Levitec Huesca, y con ello el baloncesto en capital oscense este curso. Atrás quedan momentos donde se soñó, donde se sufrió, donde nos sentimos robados y donde se alternaron alegrías con penas. No obstante hubo más sonrisas que lágrimas, a pesar del amargo sabor de no entrar en playoffs. Eso si, no era el objetivo a principio de temporada.
Se consiguió el récord de victorias en una temporada, con 18. Quedó pendiente conseguir el mejor porcentaje de triunfos, que sigue estando en la temporada 2015/2016, mal menor. Una primera vuelta impresionante, con 12 triunfos y rozando la Copa Princesa, y una segunda vuelta aceptable si hubiéramos estado durante el año en puestos de permanencia. Se llegó a estar en el segundo puesto de la tabla con la temporada avanzada, algo inimaginable para un presupuesto tan humilde como el de Levitec Huesca.
Hemos visto a nuestros jugadores pelear, luchar, levantar a la grada, disfrutar y también sufrir cuando no salían las cosas y firmar actuaciones estratosféricas. Lo que está claro es que han defendido la camiseta verdibanca como si fuera suya, de ahí los resultados. Una brega que no ha tenido el premio final de los playoffs, que si lo pensamos fríamente, no era el objetivo, aunque tal y como transcurrió la temporada se convirtió en él.
Una primera vuelta para la historia
La primera vuelta de Levitec Huesca es histórica. 12 triunfos en 17 partidos. Pena el pinchazo final en Valladolid, con el triunfo, se hubiera jugado la Copa Princesa. Un juego espectacular y el Palacio de los Deportes de Huesca siendo un fortín. Nadie ganó en la capital oscense durante la primera mitad de la liga, nadie. La afición cada vez era más y el público disfrutaba con los suyos recuperando al seguidor peñista defraudado en las dos últimas campañas. En Huesca se soñaba con algo bonito, aunque con los pies en el suelo.
En la retina de todos quedará la victoria en el primer partido ante el poderoso Real Betis, que solo ha perdido 4 choques en toda la liga. La conquista de Miribilla ganando a Bilbao Basket ante más de 6000 almas. El triunfo en Melilla, pista maldita para los peñistas. La remontada paso a paso con prórroga incluida ante Covirán Granada en Huesca. Y por supuesto la épica en Lérida, venciendo un partido que se tenía perdido ante Força Lleida, 22 abajo al descanso y a menos de 4 minutos 13 de renta, consiguiendo dar la vuelta con un parcial de 4-22 al ritmo del “sí se puede” de la marcha verde, presente en tierras catalanas.
La segunda vuelta, aceptable
Si no miramos la primera vuelta, se puede considerar la segunda aceptable, volviendo a señalar el objetivo del club, la permanencia. Han sido 6 victorias en 17 partidos, que si se extrapolan serían 12 en una liga que hubieran servido para no descender a LEB Plata. A excepción del FC Barcelona, se doblegó a todos los implicados en eludir el descenso, demostrando que el equipo era superior sobre la pista a quienes han sufrido esta campaña. No obstante de la parte alta tan solo cayó Liberbank Oviedo, cuando el triunfo era necesario para agarrarse a playoffs.
El equipo, contando el último partido de la primera vuelta, perdió en 5 jornadas los mismos partidos, 4, que había perdido en las 16 primeras, acabando de esta forma la dinámica positiva. El Palacio de los Deportes de Huesca dejó de ser el fortín de la primera mitad de la liga, pero la afición no decayó iluminada por el buen juego que se había visto. El equipo trató de sobreponerse en el tramo final, sacó la garra, y la afición el aliento, pero ambos fueron insuficientes para una campaña que acabó siendo larga, y donde el premio de playoffs se esfumó por los pelos.
No obstante, como se vio en el último choque, la comunión de la afición con la plantilla fue total, y el seguidor peñista agradeció la temporada que han brindado esta campaña los jugadores que han vestido la elástica de Levitec Huesca. Orgullosos de un equipo que ha merecido estar en la siguiente fase.