ZARAGOZA | Tres jornadas para cerrar Segunda División y las puertas del descenso siguen abiertas de par en par para el mayor pujador. La preocupación maña recorrió las calles de la capital de Asturias, Oviedo. No hizo falta que brillara el sol: la temperatura ya venía de serie. El Real Zaragoza se jugó la vida en el Carlos Tartiere; el Real Oviedo, el ascenso. Uno peleó por quedarse, el otro por subir. Para los aragoneses, la permanencia matemática pudo sellarse si ganaban y el Eldense —que jugaba a la misma hora— perdía ante el Castellón, al final empató y recortan distancias. Para los asturianos, fue otra oportunidad de acercarse a una Primera División que llevaban 23 años sin pisar. El desenlace fue cruel: Paulino marcó en el 91’ tras un córner, y el Zaragoza volvió a caer a balón parado. El menú, servido en «plata».
Sonó la gaita en el Tartiere, los aficionados tomaron sus asientos, los técnicos ocuparon sus banquillos y los jugadores se alinearon sobre el césped. Al frente del Real Zaragoza, Gabi Fernández agitó el once con la titularidad de Adrián Liso en la izquierda y el regreso de Arriaga tras su recuperación. Pau Sans se unió a Soberón en la delantera y el damnificado fue Aketxe, que vio el inicio desde el banquillo. El arranque fue tibio. Poca tensión, escasa velocidad. Incluso dio la sensación de que nadie tenía muchas ganas de jugarla. O quizá era todo lo contrario, que había tanto en juego que nadie se atrevía a hacerlo. Porque aquí no hay margen para el error ni espacio para el despiste.
Tontearon ambos equipos en portería rival sin mucho peligro. El Real Oviedo se mostró más tenso que el Zaragoza en la salida de balón, inseguro a la hora de tocar, mover el juego o acelerar. Aun así, mantuvo la posesión, con las líneas muy replegadas en su propia área, sin ejercer una presión excesiva, lo que permitió al conjunto aragonés mover el balón con relativa comodidad en campo propio. En ataque, los asturianos buscaron la pausa, intentaron construir por dentro y avanzar por la izquierda. La idea, clara: explotar el uno contra uno de Hassan frente a Tasende. Pero lo dicho, imprecisos aún, aunque creciendo por momentos.
Tomó la palabra el equipo de Gabi, que comenzó a acercarse con consistencia al área de los carbayones. Con amplitud, alternó el ataque por ambas bandas: por dentro, con la magia de Pau para el desborde, buscando el desmarque de Soberón o la llegada en segunda línea de Moya; por la izquierda, conectando con Liso o Tasende para colgar el centro. Incomodó en portería e incomodó en campo rival, con una presión alta que impidió a los oviedistas dar tres pases seguidos. Salió Lluís lesionado en el 20′, entró Vital.
No terminó de romperse el encuentro, de coger ritmo. El Oviedo cambió de estrategia y subió líneas para incomodar la pausa del Real Zaragoza, cada vez más alejado del balón. Viñas retrasó su posición para apoyar a Hassan y buscar el juego bajo los pies del incansable Cazorla. Cambios de orientación, de costado, por arriba, por abajo… El partido dio un giro: dominio absoluto de los azulones, aunque sin encontrar a Poussin. Se hicieron con el control, pero sin traducirlo en ocasiones claras.
Segunda parte del Real Oviedo (1-0) Real Zaragoza
Hay que ser sinceros, para el espectador neutral fue un auténtico tostón de primera parte. Y me atrevería a decir que también lo fue para aquel no tan neutral. Incluso el arbitraje fue pasivo, a la altura del guion. Un ejemplo perfecto de lo que suele ofrecer una jornada 40 de Liga. Aun así, el equipo maño hizo lo que debía. Se expuso con seguridad, fue riguroso, fuerte en defensa… toca esperar pacientemente a que el Oviedo rompa filas para meter la sexta. Gabi pidió calma ante el inicio de una segunda parte sin cambios.
El Real Zaragoza se replegó y no concedió espacios en defensa. Cada vez quedaba más clara la estrategia del técnico madrileño. Ares vio un hueco y no dudó: amagó a uno, se fue con un buen autopase y, rodeado de tres sin ayuda, acabó perdiéndola. Buen intento del chaval. Primera cartulina del partido para Arriaga, en el 57’. Poco después, Francho corrigió un error que a punto estuvo de costar un gol, con un disparo que se estrelló en el palo. Comenzaron a saltar chispas entre los jugadores del Zaragoza. Y, cómo no, el árbitro volvió a protagonizar una decisión que no dejó lugar a la duda.
El colegiado señaló penalti por una supuesta “mano” de Jair, con el brazo pegado a la espalda. El balón rebotó primero en su bota y luego impactó en el brazo. No fue penalti. No debió serlo. Pero lo fue. Para sorpresa de todos, Cazorla falló. Le pegó al mismo palo que unos minutos antes ya había salvado a Poussin. En la siguiente jugada, Pau Sans cayó derribado al borde del área. El VAR pudo corregir, pero el árbitro, esta vez sí, no dudó. Decidió continuar el partido.
A veces da la sensación de que las decisiones polémicas solo caen de un lado. No quiero pensar que sea así. No quiero llegar a una conclusión tan irracional. Pero lo cierto es que siempre van en contra del Real Zaragoza. El partido se incendió en los últimos diez minutos. Ambos sabían lo que había en juego. El desgaste sobre el césped era evidente: correr se convirtió en un sufrimiento, generar una transición rápida, en un lujo.
Ante ese escenario, el equipo de Gabi optó por volver a controlar el partido. No lo consiguió. El Oviedo pisó más área en los minutos finales. Anímicamente y físicamente, estaban mejor. El gol llegó desde un córner, con un primer remate de Alemão y la aparición de Paulino en el segundo palo (91’). Una vez más, el Zaragoza encajó a balón parado. Otra vez, el castigo llegó desde donde más duele. No se logró el empate. Peor aún, el Eldense empató frente al Castellón y recorta un punto. La permanencia, otra vez, vuelve a tambalearse.
Ficha técnica
Real Oviedo: Aarón Escandell; Oier Luengo, David Costas, Calvo, Alhassane; Portillo (Seoane, 68´), Kwasi Sibo, Colombatto (Paraschiv, 86′), Hassan (Paulino, 67′); Santi Cazorla (C) (Álex Cardero, 67′), Federico Viñas (Alemao, 30′).
Real Zaragoza: Gaetan Poussin; Francho Serrano, Lluís López (C) (Bernardo Vital, 20′), Jair, Dani Tasende (Clemente, 74′); Edu Ares, Arriaga, Toni Moya, Adrián Liso (Aketxe, 69′); Pau Sans, Soberón (Dani Gómez, 69′).
Goles: Paulino de la Fuente (91′)
Árbitro: Oliver de la Fuente Ramos; Kervin Arriaga (Amarilla, 57′), Pau Sans (Amarilla, 82′), Edu Ares (Amarilla, 98′), Toni Moya (Amarilla, 98′)