El encuentro en el que se medirán rojiblancos y azulgranas es uno sin apenas precedentes. Con tan solo dos enfrentamientos en El Alcoraz, el bagaje es claramente favorable para los oscenses.
El Sporting de Gijón es el segundo de la categoría que en menos ocasiones ha visitado las tierras altoaragonesas. El Lorca, equipo que solo ha pisado el verde de El Alcoraz en una ocasión, le arrebata el liderazgo en esta particular clasificación. Pero los precedentes entre ambos no sirven como referencia para el colosal encuentro que se vivirá el próximo lunes en el feudo oscense.
De los dos enfrentamientos entre sportinguistas y azulgranas en El Alcoraz, solo uno se ha dado en Liga. Para recordarlo, debemos remontarnos unas cuantas temporadas atrás en el tiempo. En la 2012/13, los de D’Alessandro, sufriendo de lo lindo por terminar estableciendo la permanencia, apelaban a la épica en la jornada 40, a 5 puntos de la salvación y con 9 por disputarse.
Dicha hazaña, que se vaticinaba compleja, parecía un poco más posible puesto que los locales se llevaron el gato al agua en un duelo marcado por el fuerte viento, consiguiendo vencer 2-1. Pese a que el Sporting se adelantase en el minuto 22 gracias a un gol de Juan Muñiz, el Huesca no rebló y logró remontar el encuentro con goles de Pacheco y Tariq. Ambos tantos llegaron aprovechando el cansancio del cuadro rival, puesto que se dieron en los últimos instantes de cada parte: el de Pacheco, un gol olímpico, subió al marcador en el 44′, mientras que el de Tariq, en el 85′.
El anterior partido entre el cuadro gijonés y el oscense solo lo recordarán los aficionados más longevos. En la temporada 1976/77, el Sporting fue a jugar en El Alcoraz en Copa del Rey. El choque finalizó con un 1-1 en el marcador. La vuelta en El Molinón acabó con un contundente 5-2 para los locales, que pasaron de ronda.
Así, el Sporting nunca ha logrado vencer al Huesca a domicilio en los únicos dos enfrentamientos que ha tenido, aunque lo cierto es que el momento de forma de ambos equipos y, sobre todo, las aspiraciones de los mismos, tiran por tierra el recuerdo de cualquier encuentro previo.