El trail Valle de Tena ha puesto el broche con la 2k, el reparto de las medallas y unas migas con las que degustar un fin de semana fantástico. La coqueta plaza de la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, al lado de la escultura que rinde homenaje un esquiador ha sido e teatro de ceremonias donde los voluntarios, árbitros, organizadores de las carreras se han fundido en un simbólico abrazo y con la sonrisa por bandera.
Deportivamente, la 2 k, esos 20 kilómetros y 1.250 metros de desnivel positivo, han vuelto a refrendar la filosofía de este deporte. Quien ganó, el aragonés de la localidad de Puente la Reina y que trabaja en el históríco Mesón de la Reina, al pie de la N-240 dirección Pamplona, Fran Naval, se perdió a la entrada de Panticosa. Quien fuera segundo, Pello Moreno, de Amurrio, le esperó. Y en meta se fundieron en un abrazo. Naval entró esprintando. Quién diría que llevaba casi 20 kilómetros por montaña en sus piernas. Marcó un crono de 1h53m31s. Ganador de la Puyada de Oturia, Fran ha comenzado la carrera desde atrás. “Me gusta ir cogiendo mi ritmo”, dijo tras recuperarse del esfuerzo. “He visto que iba bien conforme pasaban los kilómetros y ya he tirado a tope. Si me he perdido a la entrada no ha sido por la señalización ni nada de eso. Es que iba cansado y no me he dado cuenta”, señaló. Ahora, el calendario le lleva a competir el próximo fin de semana en Canfranc, en el Kilómetro Vertical.
En chicas, la ganadora fue la catalana de Reus Nuria Gil con 2h19m51s. Estaba eufórica y no era para menos. Llevaba dos años sin competir. Llegó a la montaña vía atletismo y los estudios de osteopatía y fisio condicionaron sus carreras. “No tenía ni idea de cómo me iba a encontrar ni conocía tampoco el territorio. Y ganar me ha sentado genial”, señaló tras cruzar la línea de meta donde le esperaba Óscar Camas, su chico, natural de Salamanca y que participó en la 4k. Nuria estaba radiante, aunque dijo que esta es su distancia. El paso a retos más exigentes los tiene aparcados.