Llegó Villa de Aranda al feudo del Bada Huesca que le esperaba con las orejas altas. Ya dijo el preparador del siete altoaragonés, José Francisco Nolasco, que su clasificación en esta Asobal es más que engañosa. La pandemia se cebó con los castellanos y disfraza su verdadera fortaleza como equipo. Advirtió del potencial de Almeida, de la dificultad de parar al inmenso pivote Javi García y de una defensa que le permite correr con seguridad.
La sensación es que Villa de Aranda, como grupo, es mucho equipo, pero le falta aguja e hilo para coser su juego, para tener la paciencia de la que ha carecido en pretemporada y en lo que se lleva de Asobal. Bada compareció sin Tioumentsev. El central fue sancionado esa misma mañana de partido con un encuentro por una desconsideración leve al árbitro en la derrota contra Anaitasuna cuando fue excluido. Le tocó llevar las riendas al joven Sergio Pérez, una perla que se moldea en Huesca.
Aranda firmó un primer acto de calidad. Aupado por su portería, con un Luis de Vega dando confianza a su 6:0, los castellanos empezaron a gobernar en el marcador, a marcar diferencias gracias a que su defensa robaba balones en momentos concretos para montar rápidas contras y ponerse en ventaja. Llegó a gozar de diferencias de +2 y hasta de +3 y allí se estancaba. Es cierto que la solidez de Bada descansa sobre su defensa. Su 6:0 es durísimo y forzó el pasivo a Aranda en varios ataques. Eso y la portería, en este caso con el portugués Espinha, hizo lo suficiente para tener siempre al rival en su punto de mira. Y Bada desgasta mucho. Demasiado. Y más ahora cuando hay una mentalidad clara de que es difícil ganarles.
El 6:0 de Aranda controló a Montoya, que está en un gran estado de forma, pero no a Joao Pinto. El luso tiene una endiablada velocidad en su brazo. Y eso le da una gran potencia. Si a eso le sumas la colocación, el portero rival suele tener problemas. Por su brazo derecho llegó el empate a 9 y con Montoya el 11-10. Una falta en ataque de Aranda permitió a Nolasco montar la última jugada del primer acto. No pasó nada.
El segundo acto se abrió con esa tremenda igualdad en el electrónico y una buena parada de Luis de Vega a un intento de vaselina de Carmona al que le frenó, a la jugada siguiente, una contra de manual. Para crecer uno, y amargarse el otro. Luego, el catalán se rehizo. A Montoya ya no lo pudo parar (12-10). El portero castellano sujetó a su equipo y la exclusión de Llorens permitió a Bada mantener la diferencia (15-12).
Dos tiempos muertos de Aranda en dos minutos
Aranda encontró el equilibrio con la la exclusión del Asier. El 15-15 obligó a Nolasco a parar el reloj con más de media parte por jugar. Dos minutos después era Alberto Suárez quien lo hacía. Bada se acababa de ir de tres (18-15) en dos buenas acciones de ataque y en una pérdida de Aranda. Y siguió la tormenta (20-15) para volver a pedir tiempo muerto el siete castellano.
El Bada ya estaba en su salsa. Duro atrás, desesperando al rival y acertado en ataque. Cuando se pone a velocidad de crucero es un rival tremendamente incómodo. Y Aranda lo pagó. El 26-19 quizá marca más diferencia de la que hubo durante muchos minutos sobre el 40×20, pero cuando Bada tracciona es difícil pararlo.
Ficha técnica
Bada Huesca: Espinha (p), Carmona (3), Asier Nieto (2), Benites (2), Alex Marcelo (2), Gucek (), Adrià Pérez (4) -siete inicial- Jorge Broto (ps), Arguillas (ps), Montoya (4), Sergio Pérez (3), Malo (1, 1p), Joao Pinto (5), Paul Alonso.
Villa de Aranda: Luis de Vega, Nicolás López (2, 1p), Megías (5), Llorens (1), Almeida (1), Elustondo (2), Negrete (2) -siete inicial-, Jorge Pinto, Baronetto, Rafael Marques (), Souto (2), Costa de Silva (), Calvo, Sukic (1), Linares, Javi García (3)
Árbitros: Carlos Luque y Roland Sánchez (Colegio catalán). Excluidos Rodrigo Benites, Asier Nieto por el Bada Huesca; Llorens por Villa de Aranda
Parciales cada cinco minutos: 2-2, 4-4, 5-7, 6-8, 9-10, 11-10 (descanso) 13-11, 15-12, 18-15, 21-17, 24-18, 26-19
Incidencias: se guardo un minuto de silencio en memoria de Juan de Dios Román.