Cuando te vuelvan a preguntar si la Asobal es emocionante cuéntale el final del Bada Huesca Puente Genil. El Palacio de los Deportes ha vivido un carrusel de emociones. El empate a 31 goles es la derivada de unos últimos minutos locos. De los que no gustan a un entrenador porque no sujetas el resultado o porque no has tenido la cabeza más fría que el corazón para dominar. Porque has hecho lo imposible cuando podías haberlo evitado. Sí, de los que no gustan a un entrenador, pero la grada enloquece, la grada vibra con su equipo y el comercial de desfibriladores se frota las manos ante tanta tensión sobre un 40×20.
Con las pulsaciones bajas habrá que analizar el partido, pero eso queda para los banquillos. Para la grada quedan 60 minutos espectaculares entre dos escuadras bien armadas, con una propuesta de juego de quilates. Sí, también se podrá decir -y con razón- que con 31 goles las defensas estuvieron de campo y playa, pero quedémonos con el espectáculo. No pasa nada por orillar ese abc del balonmano. Si, es cierto que las victorias se edifican desde la defensa, pero el gol y ese carrusel de sensaciones que se encapsulan en unos pocos minutos es la salsa de cualquier deporte.
Puente Genil no sorprendió. Se sabía que es un rival poderoso, equilibrado en todos sus puestos, con variantes suficientes para proponer el balonmano necesario en cada momento. Por eso era importante salir fuerte, sin complejos. Más aún cuando te faltan dos zurdos de oro como son Carmona y Marcelo, y, además, Mosquera viene tocado.
Ante el previsto poderío, el Bada puso un parcial 3-0 de inicio para dejar claro que también es una escuadra formidable. El equilibrio en el marcador fue la tónica general y lo lógico. Por eso hubo alternativas en el marcador. Un encuentro de puro desgaste. Físico, sí, y mental.
El Bada Huesca inicio el partido con fuerza con un 3-0 a su favor y luego un 5-2 con los de Nolasco muy centrados desde el pitido inicial. Poco a poco se equilibraron las fuerzas y en el minuto 15’ el electrónico reflejaba un 7-8 para los visitantes. Alternativas en el marcador y protestas a los árbitros con fallos en los últimos minutos se llegó con 16-15 al descanso.
Si bvien es cierto que el marcador final fue abultado, hay que subrayar el mérito de Arguillas. Tremendo. Está en un arranque de teemporada para cincelar. Para en balonmano siempre es difícil. Desde los 7 metros más. Y allí estuvo el capitán. Paradas de las importantes. De las que dan puntos, de las que aprietan a la grada para crecer.
Pese a todo, el siete cordobés puso en el electrónico un 26-27 con el reloj cada vez más cerca del minuto 60. Entró el partido en su fase decisiva. Si era peligroso ese marcador, más aún el 27-30 que te abría la puerta a la derrota. Allí surgió otra vez el mejor Bada para arruinar la cuarta victoria consecutiva de los pontoneros, para amarrar un punto que es oro puro para los altoaragoneses. Aún tuvo bola de partido Puente Genil, pero la redonda se negó a coger dirección a portería.
Ficha técnica
Bada Huesca: Almeida (p), Montoya (6), Adriá Pérez (2), Benites, Gucek (1), Sergio Pérez (9, 3p), Nieto (2) y Hackbarth (5). Siete inicial. Arguillas (ps), Domingo Mosquera (2), Joao Pinto (2), Malo, Gomes (2) y Moya.
Puente Genil: Konecny (p), David Estepa (3), Pomeranz (4), Mitic (5), Javi García (6), José Cuenca (1) y Felipe Borges (3). Siete incial. Álvaro de Hita (ps), Marcio Da Silva, Joao Pedro (4), Pere Arnau (1), Xavi Tuà (1), Corning (1) y Délcio Pina (2).
Parciales cada cinco minutos: 4-1, 7-4, 7-7, 9-11, 13-13 y 16-15 (descanso) 19-16, 20-20, 24-22, 26-25, 27-29 y 31-31.
Árbitros: Jesús Álvarez Menéndez y José Carlos Friera Cavada. Excluido Benites (2) por el Bada Huesca; Cuenca (1) y Marcio Silva (1) por Puente Genil.