HUESCA | Con dos equipos que la pasada temporada lo pasaron mal, empezar fuerte es el mejor antídoto para evitar problemas, aunque en esta Segunda División no hay garantía de nada. Armados desde la defensa, Mirandés y Huesca no tienen más objetivo que el de salvar las muebles. Y sobre esa página se pusieron a escribir un partido que invitaba al músculo y al respeto; al fútbol entre áreas y a las jugadas diseñadas en los despachos.
El Huesa se puso a defender y el Mirandés a llevar el peso del partido y piso el área de Dani Jiménez desde los saques de esquina amontonando brazos y piernas. Quizá, el mayor problema de los de Hidalgo era a futuro con las amarillas a Pulido, Mier y Joaquín en un margen de 14 minutos. Pero lo peor es que el Huesca pisaba poco -o nada- el área rival y cuando presionaba, había metros entre sus líneas que lo aprovecharon para trazar pases largos entre huecos enormes. La derivada era llegar ese segundito tarde que te impide sujetar al rival. De una falta de Loureiro llegó un mal despeje de Blasco y el balón a Tomeo que embocó. Encima, un exHuesca.
Lo mejor de la primera parte para el Huesca es que acabara lo antes posible. No solo perdía. Es que tampoco creaba peligro y cuatro de sus jugadores -pulido, Mier, Joaquín y Sielva- se iban a vestuarios con tarjeta amarilla y la sensación de que no salía nada de lo planteado.
Y algo empezó a cambiar con la posición de un doble pivote sobre el campo, pero no lo necesario. Kortajarena la tuvo de cabeza a un centro de Vilarrasa y respondió de forma espectacular Raúl Fernández. 49 minutos después del inicio del encuentro, por fin, se sabía quién era el portero del Numancia. La necesidad de equilibrar el encuentro le llevó a pisar más el área rival, a presionar mejor y a sellar las vías por donde en la primera parte encontraba el Mirandés camino para avanzar. Hidalgo tiene el arduo trabajo de encontrar la clave del porqué su equipo es capaz de hacer dos partes tan distintas.
Unzueta se quedó a pocos centímetros de rematar una bola colgada por Vilarrasa tras seguir Hidalgo agitando la propuesta de su equipo con varios cambios sobre el césped. Es cierto que el Huesca estaba mejor, pero el Numancia mandaba donde importaba. El Huesca acosaba al Mirandés, pero sin filo en su cuchillo, sin peso en el área salvo alguna acción esporádica y la vida seguía igual. Los de Hidalgo presionaron, pusieron cerco a la portería de Raúl Fernández y el Mirandés se encastilló para defender el gol de Tomeo. Eso sí, Loureiro le quitó a Panichelli sobre la línea de gol el segundo y Calvo remató por encima de la portería del Huesca cuando el partido expiraba. Fueron sus dos mejores ocasiones en la segunda parte y en el minuto 89. No necesitó más.
Ficha técnica
Mirandés: Raúl Fernández; Rincón, Gutiérrez, Tachi, Tomeo, Julio Alonso (Parada 87′); Reina (Ander Martín 80′), Gorrotxotegi, Lachuer (Homechenko 87′); Panichelli, Joel Roca (Álex Calvo 65′).
SD Huesca: Dani Jiménez; Vilarrasa, Jorge Pulido, Blasco, Loureiro; Javi Mier (Jordi Martín 69′), Sielva, Kortajarena (Hernández 70′); Joaquín (Unzueta 62’), Enrich (Ayman 79′), Valentín (Soko 62’).
Goles: 1-0 min 37 Pablo Tomeo.
Árbitro: Rubén Ávalos. Amarilla a Pulido 18’, Javi Mier 21’, Joaquín 32’, Sielva 41’, Gutiérrez 57’, Gorrotxategi 79′, Ayman 95′.
Incidencias: 3.193 espectadores en Anduva donde se guardó un minuto de silencio por el fallecimiento de la socia más longeva del Mirandés, María Ángeles Sáez.
La verdad es que esto de regalar las primeras partes fuera de El Alcoraz es una constante últimamente, a saber por qué. Y si nos cuelan la bola entre los tres palos, fin de la historia. En fin, esperemos que esto sea una moda pasajera, porque hasta ahora no nos caracterizábamos precisamente por tal costumbre. Al menos, en las segundas mitades se vislumbra el potencial del equipo. Con eso nos quedaremos, la segunda es muy traicionera.