Un parcial de 4-0 sin llegar a los 9 minutos de juego obligó a Nolasco a parar el partido. León saltó con más pegada al 40×20 y acorraló al siete altoaragonés con el riesgo de que el partido acabara antes de lo previsto. La defensa sigue siendo el talón de Aquiles de este Bada Huesca. Lo que otrora era un seguro de vida, ahora es un flan. Y cuando delante tienes a buenos lanzadores, todo muta en pesadilla. Y eso que la portería aún sacó un par de bolas para evitar que la diferencia fuera mayor.
Los León Bada siempre tienen cierta querencia por el buen balonmano. Esa pista es ‘disfrutona’. Mucha carga en la grada que hay que capear, buen siete el que siempre arma León, un técnico como Manolo Cadenas que sabe todo sobre esto conforman un cóctel en donde jugar, siempre tiene atractivo. Sobre todo, si sabes convivir con tanto factores, no te dejas caer en el desánimo y te creces. Porque pistas como la de León son donde un jugador casi tiene la obligación de ofrecer su mejor versión.
Lo mejor de este Bada es que lejos de derrumbarse, siempre está allí. Se puede ir a la lona, pero se levanta. Aguantó la diferencia de cinco abajo y se sobrepuso. Apretó en defensa, mejoró su acierto en ataque y puso el 12-11 para que cadenas pidiera tiempo muerto sin llegar a los 20 minutos de juego. De repente, el asfalto leonés se abrió.
Y a partir de allí, nuevo partido con dominio de los locales que siempre sintieron el aliento de los altoaragoneses que consiguieron empatar a 14 tantos con un gol de Ignacio Suárez en el minuto 22. Dos minutos de exclusión a Miguel Malo fueron oro puro para León que encadenó tres goles para poner distancia (18-15) en el electrónico.
Exclusiones clave
Se activó el segundo acto con una parada de Dani Arguillas que se elevaba por encima del 35 por acierto, pero el equipo seguía sin tener correlación en el ataque. El Bada acosaba, pero le faltaba ese lanzamiento que sirviera para reducir la diferencia y plantear dudas a los de Manolo Cadenas. Cuando menos hacía falta, emergió la figura de Papantonopoulos para frenar, primero, a Suárez, y, después a Adrià Pérez. Eso impidió al Bada no solo no darle la vuelta al electrónico sino que aún metiera un golito más de diferencia para León (24-22).
Que había partido era la mejor noticia para un Bada Huesca que seguía creyendo en su juego. Una nueva exclusión en el Bada, la de Gucek, volvió a ser oro para León que estiró la diferencia a +4 (30-26) para los de Manolo Cadenas con 10 minutos para terminar el encuentro. Nolasco paró el reloj para reordenar a su tropa ante el riesgo de que el partido se rompiera de forma imposible de pegar en beneficio de los intereses del siete altoaragonés. El partido se tensionó, el banquillo del Bada vio la amarilla y León se fue a firmar una victoria más amplia de lo esperado por lo visto sobre el parquet.