HUESCA | El Peñas cierra el año con una victoria importante contra Melilla. La necesidad de ganar implica muchas cosas. Quizá, la más importante, no verte superado por las ganas de hacerlo bien. El Peñas llegó al Palacio tras tres derrotas consecutivas, con la amenaza del poderío de los de la Ciudad Autónoma y con un pie acercando al resto del cuerpo al precipicio. Dominar el ansia y entrar bien era clave. Así que con el 15-2, Melilla paró el reloj. Dos triples -Stümer y Bastante- perfectamente liberados para conseguirlos, más buenas defensas del equipo -especialmente sobre el pivote Okanu- y un par de balones robados marcaban el i icio y dibujaron lo que iba a ser el encuentro.
Nogués machacó el aro para el 19-5, le robó el balón al pivote y Rubín de Celis clavó un triple con lo que nuevo tiempo muerto del rival a 3,45 de cerrar un primer cuarto de mucho poderío físico. Melilla empezó a presionar más. Puso sobre la pista a Ndiaye por Okanu y la dirección a Pirela para meter una velocidad más al juego. El cuarto se cerró con 18 arriba de los de Rafa Sanz (29-11).
El marcador del segundo cuarto se abrió con un 2+1 de Rubín de Celis y Melilla con sus dos pivotes sobre el parquet. Empezó a ganar el rebote y a cargar con personales al Peñas. Fue un espejismo. Rubín de Celis antes de descansar unos minutos puso un triple estratosférico y luego, prácticamente desde el mismo sitio, Scariolo hizo lo mismo (38-14). Ni que decir tiene que Peñas estaba de dulce ante un rival que no encontró por dónde enhebrar la aguja de su juego.
Rafa Sanz paró el reloj a 2,59 del descanso en el que fue su primer tiempo de muerto. La diferencia era clara (42-19), quizá, la preocupación en las faltas -11 de su equipo por cuatro del rival- en ese momento del partido y con toda una segunda parte por disputar. Subió la intensidad defensiva de Melilla y Rubín de Celis metió un triple de esos que si eres el rival te dan ganas de dar la mano e irte. Brutal.
Con una diferencia de +22 se inició la segunda parte. Para un equipo necesitado de una victoria no estaba nada mal. Si importante era haber entrado bien al encuentro, otro tanto en el inicio de una segunda parte donde los de la Ciudad de Autónoma abrigaron alguna esperanza si conseguían un buen parcial. Para tranquilidad del Peñas, no lo consiguió. En el calco de errores y aciertos, el Peñas se sintió cómodo para ir echando cada vez más cabos a su victoria. Por si fuera poco, un triple de Stümer, un robo de Nogués, unos dobles de Okanu cositas que implicaban canastas sorpresivas para llevar la diferencia a +28 (58-30) aderezado con las personales de Melilla que llevaron a los oscenses a la línea de tiros libres con más de cuatro minutos para finalizar el tercer cuarto.
Bellver -incorporación de esta Navidad por la baja de Kumpys- entró entonces para jugar sus primeros minutos con el Peñas. El partido se empezó a ensuciar con un Melilla molesto, quizá, por la diferencia en el marcador. La tensión le iba bien y, de paso, a la grada le sirvió para espolearla protestando a la pareja arbitral por su permisividad.
El último cuarto arrancó con una diferencia de +29 del Peñas y Rafa Sanz presionando a sus jugadores para que no quitaran el pie del pedal de la intensidad. Estaba claro que Melilla necesitaba canastas rápidas y el Peñas no desesperarse. Melilla se dio cuenta que estaba ya en una empresa imposible y Sanz puso sobre la pista a los canteranos Pablo y Lascorz para gozo de la parroquia local. Un buen fin de fiesta para iniciar la segunda vuelta por el buen camino.
Ficha técnica
CB Peñas: Scariolo (14), Stümer(16), Chapero (5), Nogués (4), Bastante (10). Quinteto inicial. Malo (4), Sola (), Rubín de Celis (18), Iglesias (12), Bellver (8), Gallego, Lascorz.
Melilla: Váquez (4), Herrera, García (6), Okanu (16), Ordóñez (). Quinteto inicial. Castillo, Ndiaye, Pirela (5), Orozco (4), Cerisuelo, Fernández.
Parciales: 29-11, 16-12 (45-23, descanso) 22-17, 24-18
Árbitros: Fuentes-Criado.