Los azulgrana empiezan la segunda mitad de la temporada siguiendo el ritmo de puntuar en su feudo venciendo por 2-1 al Numancia y afianzándose aún más en el liderato de la categoría de plata, que ya es el claro objetivo.
A 6 puntos queda el tercer puesto ocupado por el Oviedo con 37 puntos. Es la mayor diferencia que el cuadro de Rubi le saca al ‘playoff’ este curso. Y es que Huesca y Cádiz, con 43 y 42 puntos respectivamente, se han hecho dueños de las posiciones de ascenso directo. Con sendas victorias a Numancia y Córdoba, la posibilidad de convertir un sueño en realidad se antoja cada vez más probable.
Azulgranas y amarillos se sitúan por encima del Real Oviedo de Anquela, que se mantiene como el mejor equipo en los puestos de ‘playoff’ de ascenso tras cosechar 2 empates seguidos, el último frente al Rayo Vallecano (2-2), perseguidor de los carbayones y dueño de la cuarta posición.
Completando el ‘playoff’ se encuentran Numancia y Lugo, ambos con 36 puntos. Los gallegos vencieron al Reus a domicilio por un gol y rompen una racha de 3 partidos sin conocer la victoria. Fuera de estas posiciones pero siguiéndolas muy de cerca están equipos de calibre como Osasuna (35 puntos), Granada (34 puntos) y Sporting de Gijón (33 puntos), los 3 exPrimera. Los navarros, con un partido menos, se aúpan a un punto de la sexta plaza, mientras que los andaluces pincharon en casa del Albacete (2-1) y ya enlazan 2 partidos sin sumar.
Por abajo, la zona de descenso se aprieta, ya que los tres últimos clasificados (Sevilla Atlético, Córdoba y Lorca) no han logrado puntuar. Poseen 16 puntos y están a 5 puntos del decimonoveno clasificado, el Barça ‘B’. El equipo que marca el descenso es el Nàstic de Tarragona, que ya lleva 2 encuentros seguidos sumando. Lo curioso es que por encima de los tarraconenses hay 7 equipos separados solamente por 3 puntos: Tenerife (29), Albacete (28), Zaragoza (27), Almería (26), Cultural Leonesa (26), Alcorcón (26) y Reus (26).
Cualquier conjunto de media tabla que no gane su respectivo duelo se puede ver superado por un gran número de equipos predecesores. Esto explica lo apretada y complicada que es la Segunda División, donde no valen ni nombres ni escudos. Cualquiera puede ganar a cualquiera.