ZARAGOZA| Ya no es noticia. Tampoco resulta sorprendente. Pau Sans volvió a salir en la segunda mitad del encuentro y le cambió la cara al Real Zaragoza, esta vez en La Rosaleda. El canterano zaragocista se ha convertido en el mejor de los revulsivos, una etiqueta difícil de desprender una vez que se pone. Su explosividad, talento y ambición definen su fútbol. Unas características que ha ido desarrollando conforme iba saliendo de su etapa formativa en categorías base. Hubo un tiempo en el que Pau Sans se forjó como un mediocampista hasta que distintas condiciones lo devolvieron a la parte de arriba, lugar en el que ahora resulta esencial en los planes de Miguel Ángel Ramírez.
Criado entre pachangas de barrio, Pau rápidamente demostró su desparpajo y valentía. Rápido y técnico en todo lo que hace, se ganó un sitio de forma definitiva en el primer equipo con un Víctor Fernández que vio en él un futbolista especial. Sus buenas actuaciones partiendo desde el banquillo demandaban un sitio en el once inicial. La oportunidad le llegó finalmente frente al Mirandés en Anduva pero su partido no fue del todo bueno. A partir de ahí, el fútbol del canterano se empezó a escribir lejos de los once que parten de inicio pero resultaba crucial reservarlo para agitar los encuentros.
Frente al Málaga el pasado domingo sucedió lo de siempre. Pau volvió loco a su marca durante los 25 minutos que disputó. Incansable en todas las acciones, obtuvo el mayor de los premios. Su gol fue fruto de una gran jugada colectiva empezada desde la fe de Azón pasando por la magia de Aketxe y acabando con la fina zurda de Tasende. Él, fugaz e inteligente para no caer en posición antirreglamentaria, tan solo tuvo que empujar el balón al fondo de la red para poner la guinda a un partido coral excelente.
La semejanza con Iván Azón
En un fútbol actual cada vez más físico a todos los niveles, la importancia de los futbolistas que parten desde el banquillo toma una enorme relevancia. Es el caso de Pau Sans en este Real Zaragoza pero también lo fue Iván Azón hace no mucho tiempo. El pretendido por el Como italiano, daba un vuelco a los encuentros cada vez que saltaba al césped a través del tesón, la garra y el empuje que lo definen. Poco a poco, mejoró sus condiciones técnicas y se ganó por méritos propios un sitio en el once hasta la actualidad.
Todo esto nos recuerda a Pau Sans. Un futbolista al que el Real Zaragoza tiene que cuidar como oro en paño porque ahora mismo su peso en el equipo es total aunque no esté dentro de los elegidos para formar como titular. Su rol dentro de la plantilla es de revulsivo e importa igual o incluso más que los que parten de inicio.