Pepe Floris es una de las grandes joyas de la cantera del BM Huesca. En un deporte que requiere tanto del físico, a sus 15 años -está cerca de cumplir los 16- pasa de los 190 centímetros y tiene hechuras de jugador. Es primera línea y ataca tanto como defiende. Vuelve a estar en el ojo de la Federación Española de Balonmano. Está en ese embudo de canteranos con gran proyección para que nutran a la selección de promesas.
Las jornadas de tecnificación en las que va a participar tendrán lugar en Granada, del 18 al 25 de este mes. Estarán los mejores jugadores de España de su generación, la de 2003, e incluso de un año más, los nacidos en 2002. Juvenil de primer año, Pepe Floris juega en el equipo de Primera Nacional y ya sabe lo que es entrenar con los Asobal.
El club quiere manejar los tiempos con mimo exquisito. “Tenemos que saber cuidarlo y no hay que quemar etapas”, señala el entrenador del primer equipo, José Francisco Nolasco. El entrenador del Bada Huesca ha estado seis años en ese campus de tecnificación. Por eso sabe que allí llegan los mejores en esas edades. De Pepe Floris tiene claro dos cosas: que progresa y que le falta mucho todavía. En ese grupo se encuentran jugadores que antropométricamente son grandes, portentos físicos y tácticamente son buenos, que saben jugar y que aprenden como esponjas. Conectar esas tres cosas es lo difícil ya que se abren a la excelencia en un deporte donde además de ser fuerte hay que ser listo y rápido.
Por lo que respecta al primer equipo, Nolasco les ha dado fiesta los tres próximos días. este fin de semana no juega ya que lo hizo en el partido adelantado contra el Barça en el Palau.