Años muy duros para el CH Jaca que ha tenido que superar problemas económicos, deportivos y sanitarios hasta volver a disfrutar, de nuevo, de un título: La Copa del Rey. Es el premio a una temporada donde la plantilla ha tenido una evolución impresionante. Ya dieron las primeras pinceladas en los playoffs de la LNHH, pero todavía no estaban preparados. Hoy, en la final ante el Barça HG, el verdugo en la liga, la tornas han cambiado.
Lejos queda aquel 10-0 que encajaron los jacetanos en la ciudad condal. Seguramente un partido que cambió el chip a los jugadores, un punto de inflexión a partir del cual se volvió a reconstruir ese espíritu guerrero jaqués. La igualad se demostró desde el primero periodo donde los anfitriones mostraron una mayor iniciativa en el ataque. Sin embargo, ambos guardametas estuvieron muy correctos y los dos equipos se marcharon a los vestuarios con 0-0 en el electrónico.
El segundo tercio mantuvo el guion visto en el arranque aunque los azulgranas intentaban generar más peligro. Imprecisiones en las líneas defensivas de los de Zemchenko regalaban oportunidades a los azulgranas. Aun así, el Jaca se mantenía sólido. A los ocho minutos para el final de la segunda parte, una gran maniobra de Carbonell por detrás de la portería rompió el marcador. Solo había que aguantar la tercera tanda.
Sin embargo, los catalanes dieron un paso hacia adelante, no les quedaba otra y, al final, obtuvieron su premio. Tuvo que ser el jacetano Gastón González, en el minuto 48, quien hiciera el tanto que forzó la prórroga. Todo se iba a decir a gol de oro. Máxima emoción en la final copera.
Tardó en llegar el gol definitivo. Once minutos pasaron hasta que una buena jugada combinada entre Moreno y Adrián Betrán acabó con un disparo del último directo a la red. Todos los jugadores saltaron a la pista. Sí, el CH Jaca, contra todo pronóstico, se había proclamado campeón de la Copa del Rey. Ganando al subcampeón y al campeón de la LNHH. Un viaje épico con final feliz para el club más laureado de Aragón.