En un equipo lleno de rotaciones, en el que son habituales las caras nuevas cada mercado de fichajes, tras un año en el equipo, Radosav Petrovic puede considerarse ya uno de esos jugadores asentados en el Real Zaragoza. El serbio llegó el verano pasado procedente de Almería. En su última etapa allí no tuvo oportunidades más allá del banquillo. La pieza del puzzle, que no encajaba en el equipo sureño, finalmente encontró su hueco en el norte.
Su llegada a priori no causó especial ilusión entre los aficionados. Con casi un mes por delante en el mercado de fichajes, el jugador era la tercera opción para completar los planes en el mediocentro de Torrecilla. Sin embargo, Petrovic ha sabido revertir la situación para colgarse el título de jugador importante, para sorpresa de muchos, y colarse entre los favoritos, sobre todo en calidad de “aliento”.
Con un esquema aún por definir en el equipo, el jugador se asienta como indiscutible. No en el once inicial, pero sí como un refuerzo de calidad en los últimos minutos del encuentro, donde su figura cobra protagonismo. Su entrada es fundamental a mediados del segundo tiempo, refuerza y ordena el centro del campo. Aporta, además de frescura, centímetros al juego, junto a Jair y Gueye. Carcedo apuesta así por acumular ventaja aérea a ambos lados del campo.
Los números de Petrovic
Los números son la clave para explicar este nuevo rol del jugador. Radonsav Petrovic ha disputado 5 de los 6 encuentros de Liga. Acumula sin embargo, únicamente 38 minutos. Durante estos minutos su papel es fundamental en la medular de un equipo cansado, siendo el punto de inflexión en el esquema y vertebrando así el juego. Su función es secundaría pero igual de relevante. Carcedo ha sabido convertirlo en un recurso que marca el camino hacia unos roles cada vez más marcados en el equipo maño.