La victoria del Real Zaragoza el pasado sábado ante el Extremadura significó al más que tres puntos. La tarde del sábado en el Francisco de la Hera puede significar un punto de inflexión para Jorge Pombo. El canterano marcó el tercer gol del partido en una gran jugada individual.
Mismo rival, mismo desenlace. Al igual que en al primera vuelta, el conjunto aragonés sumó un nuevo triunfo ante el Extremadura, pero en esta ocasión con la portería a cero y haciendo un gol más. En el triunfo allá por el mes de diciembre, que significó el debut de Víctor Fernández, uno de los goleadores blanquillos fue Jorge Pombo. Desde entonces, el mediapunta no volvió a ver portería, ni dejó actuaciones destacables.
Sin embargo, tuvo que volver a cruzarse el Extremadura por el camino para que el canterano volviera a sentir lo que es marcar con el Real Zaragoza. Suplente por segunda jornada consecutiva, Pombo tuvo que esperar su oportunidad desde el banquillo. No fue hasta el minuto 74 cuando Víctor Fernández decidió incorporarlo al partido y tan sólo necesitó seis minutos para marcar gol.
Celebración entre lágrimas
Un gol que dejó una celebración colectiva y entre lágrimas y a un Jorge Pombo enrabietado corriendo hasta abrazarse con el preparador físico, Javier Chocarro. Además, al finalizar el encuentro, el futbolista se fundió en un abrazo con el técnico Víctor Fernández conscientes los dos de lo que supone su gol a nivel individual.
El futbolista zaragozano está viviendo el peor momento desde que es futbolista del primer equipo y en lo que va de 2019 sólo ha completado los 90 minutos en cuatro ocasiones. Con su futuro en el aire y con una renovación más atascada de lo normal, el rendimiento de Pombo ha ido disminuyendo en los últimos meses. Sin embargo, su gol ante el Extremadura, el cuarto de la temporada, puede esconder un nuevo escenario para el joven jugador y ver, de aquí al final, las grandes tardes de fútbol que en más de una ocasión ha brindado el ocho zaragocista.