ZARAGOZA| El Real Zaragoza afronta uno de los mercados veraniegos más movidos de su historia reciente. Al conjunto aragonés le restan casi una veintena de movimientos antes de que la ventana estival finalice, por lo que debe poner el pie en el acelerador para tratar de cerrarlos con la mayor brevedad posible. Sin embargo, hay una demarcación que parece haberse enquistado y que cuyo destino parece estar ya completamente definido.
Esta posición no es otra que la portería, donde ha habido únicamente un cambio de los dos que se presuponían hace un par de meses. El curso pasado Cristian, Rebollo y Poussin fueron los elegidos en verano para ocupar los tres palos zaragocistas. Sin embargo, las constantes lesiones del rosarino, unido al pobre nivel ofrecido por Rebollo y a las reincidentes pifias de Poussin obligaron a buscar de manera urgente un arquero en el mercado de invierno. Tras una exhaustiva búsqueda, Edgar Badia fue el elegido para defender la meta zaragocista. El catalán realizó actuaciones de nivel, por lo que se acabó convirtiendo en el objetivo principal para este mercado.
La operación retorno de Badia se fue dilatando y complicando conforme transcurrían los días. El tira y afloja existente entre el Elche CF y el Real Zaragoza no parece que vaya a llegar a buen puerto, por lo que el cuadro maño ya trabaja en otras vías para cerrar la portería, aunque parece que esa decisión está más que tomada. En caso de que el guardameta del conjunto ilicitano no recale en la ciudad del Ebro, el Real Zaragoza mantendría a los tres porteros actuales de la plantilla. Además de la complejidad imperante en la operación Badia, el buen nivel ofrecido por Poussin en la pretemporada juega a su favor a la hora de continuar vistiendo la camiseta del Real Zaragoza. Es por eso por lo que todo indica que el conjunto blanquillo contará en sus filas con Cristian Álvarez, el recién fichado Joan Femenías y un casi redimido Poussin.