El Real Zaragoza ha acuñado un lema para este curso ingenioso, pero algo engañoso y poco original. Como decíamos ayer, el eslogan coincide con los versos de una canción de Kase O, al que siempre le sentaron bien los motivos zaragocistas. El estribillo de este curso, “Lo mejor está por venir”, es un guiño a la cantera, al talento que surge en La Ciudad Deportiva.
Los primeros pasos confirmaban la intención de la nueva propiedad: la voluntad de preservar el talento aragonés en el primer equipo. La firma de Francho Serrano marcó el camino que seguirán Iván Azón y, con un poco de suerte, Alejandro Francés. Pero todos los pasos que han llegado después desdicen esa idea original. Sanllehí, Torrecilla y la nueva propiedad le vuelven a dar la espalda a La Ciudad Deportiva. Ha sido así en todas las decisiones estructurales que han llegado en la última semana.
Marc Aguado como síntoma
Marc Aguado no tendrá la oportunidad de probar su talento y su zurda en el Real Zaragoza. El Andorra ha pujado fuerte por su continuidad y el equipo aragonés no ha mostrado demasiado interés en retenerle. Le emplazaron a la pretemporada, al punto en el que Carcedo decidiría si se quedaban con él o si le buscaban otra cesión en Segunda. Aguado pensó entonces que ya había un equipo en la misma categoría que cree en su fútbol mucho más que el club que le formó. Marc jugará por tercera temporada consecutiva en el Andorra y el Zaragoza volverá a renovar su contrato aquí, para asegurarse la patente del jugador.
La cantera del Zaragoza, la última opción de Torrecilla
Al caso de Marc Aguado le siguen otros simbólicos y que provocan la decepción de los partidarios de cantera. Aguado no tendrá la ocasión de que Carcedo le vea jugar, pero confía en la experiencia de Petrovic y cree en Manu Molina, uno de sus hombres de confianza en el Ibiza. Enrique Clemente no tendrá un lugar en la zaga del Zaragoza, pero se escucha la opción de Diego Alende para la defensa. Dani Lasure y Ángel López están cerca de salir cedidos, sin sitio en la rotación de Carcedo.
El talento de Luis Carbonell siempre está bajo sospecha y no se han anunciado grandes progresos en la renovación de Miguel Puche. Nadie contempla la opción de Raúl Rubio para el primer equipo, a pesar de que haya superado la veintena de goles con el filial.
La oportunidad de que el Zaragoza más internacional fuese el más aragonés de la historia parece ya perdida. Entre otras cosas, porque el discurso y la promoción de la cantera han resultado eficaces como estrategia comercial, pero ni Sanllehí ni Torrecilla han tomado esa consigna en serio.
Existe la tentación de pensar que el nuevo Zaragoza comete los mismos errores que el viejo. Si al inicio del verano se utilizó el porvenir y la Ciudad Deportiva como marca registrada, ahora vuelve a parecer un mero cartel de propaganda.