El Bada Huesca recibe a un Anaitasuna anclado en la décima posición de la Asobal, con todo hecho, sin más interés que acabar la Asobal y pensar en la siguiente campaña. Ni que decir tiene que es el Bada quien más se juega en el envite. Otro partido más, otros dos puntos que hay que sumar para el objetivo de regresar a Europa. Los perseguidores más inmediatos -Granollers y Logroño- tienen partidos aplazados y la clasificación es engañosa… o no. De momento, es la que es.
Tras la trilogía de Cuenca, Granollers y Ademar León, la competición ‘se suavizó’ contra dos rivales que luchan por la permanencia -Cangas y Puerto Sagunto- y el Anaita, sin nada en juego, por lo que Nolasco tensiona al grupo, que no se rele un ápice, que no hay rival fácil ni cómodo. La temporada, además, se hace larga. Por la Covid-19 se reestructuró la Asobal, se añadieron dos equipos por lo que son cuatro partidos más. El cansancio se acumula y se nota. “Los jugadores notan una temporada dura, con muchas ‘batallas’ y tenemos la suerte de que hemos ganado muchas. Tenemos muchos jugadores tocados contra Anaita y la principal duda es la de Oier, ya probó contra Puerto, pero no pudo jugar”, señala Nolasco. Al extremo vasco se le han reproducido los problemas en el mismo pie que le dejó fuera del equipo durante varios partidos.
Un partido atractivo
El equipo sigue con una buena línea de juego e intensidad y esas son sus principales ‘armas’. Llega un Anaita en tierra de nadie. A juicio de Nolasco esto lo hace “peligroso”. La razón es que vendrán con un punto de relajación y se trata de dos equipos con vidas paralelas, cruce de jugadores defendiendo ambos escudos. Es uno de esos partidos atractivos, de los que gusta a una afición que para esta ocasión podrá llegar al medio millar de seguidores en el Palacio de los Deportes.
Los navarros son muy fuertes en defensa y el carácter del equipo es que corren muy bien al contrataque y su ataque es potente donde brilla el joven Hispano Ander Izquierdo, además de Meoki, Juan del Arco, Chocarro y Gastón. De su ben hacer, el partido de la primera vuelta en el que los de Pamplona frenaron la racha de victorias con la que llegó a la Catedral el equipo oscense.