Joao Pinto sigue sin estar a plenitud, se espera contar con Oier y Domingo Mosquera avanza en su recuperación. Es la enfermería más próxima del Bada Huesca, que juega este sábado contra un buen Puerto Sagunto. La baja de Álvaro del Valle va para largo. El Palacio de los Deportes espera cerrar la sexta victoria consecutiva del equipo de Nolasco en esta temporada. Quién lo iba a decir cuando el arranque le llevó a firmar dos derrotas por su mal balonmano. Hoy, todo es distinto. Hay sensación de plenitud, de que todo sale.
Y frenar la euforia es el primer paso. Lo afirmó así Adrià Pérez en su presentación como jugador patrocinado por Ferrer Salud y lo corrobora el técnico José Francisco Nolasco. ¿La clasificación? Poco importa. Si el preparador siempre defiende que hasta que no acaba la primera vuelta poco se puede decir y que lo importante es el último tramo, ahora tiene menos valor cuando la Covid-19 agujerea el calendario.
Puerto Sagunto ha jugado 6 partidos por 8 los altoaragonesas. En su tabla atesora 5 puntos y cuenta con una plantilla potente donde la referencia para la afición del Bada Huesca está en Dijà, que fue jugador del siete altoaragonés. Y con él, un buen elenco de jugadores.
Enric Nogues maneja una plantilla con ilustres veteranos como Corzo, Carou, Pozzer, Pomeranz, jugadores rápidos como Alegre Llopis y una buena portería. “Tendremos que saber cómo atacar y defender desde el primer minuto”, destaca Nolasco como clave para el encuentro de este sábado.
Si para Dijà el partido será especial por volver a la que fue su casa, también lo será para Montoya. El pivote del Bada Huesca tiene pasado en Puerto Sagunto y si siempre lo hace bien, seguro que contra su anterior escudo querrá hacerlo mejor.
Esa victoria de Puerto Sagunto contra Anaitasuna es la mejor prueba de que los valencianos gozan de buen balonmano y consolida aquello de que, en palabras de Nolasco, “cualquier equipo te pinta la cara”. Reconoce el preparador que las sensaciones de su equipo son buenas, no hay más que ver los resultados y el juego de sus últimos cinco compromisos, con la misma rotundidad de que el rival tiene “experiencia y calidad” para derrotarles. Por eso no quiere un átomo de euforia. En todo caso para después y hasta poner cara al próximo rival.