‘Lo que funciona no se toca’, eso es precisamente lo que estará pensando Juan Carlos Carcedo después de que el Real Zaragoza haya dado la vuelta al calcetín enredado que se había convertido su inicio de temporada en cuestión de dos semanas. El técnico riojano repitió once en la jornada seis, veintitrés antes de lo que tardó su antecesor en el banquillo zaragocista. Por ello, todo conduce a roles cada vez más determinados y a la aparición de los primeros ‘expedientes X’.
La fijación del entrenador blanquillo por un Vada titular y la irrupción de Giuliano Simeone, a lo que se suma la recuperación de Iván Azón, están provocando que la temporada de Eugeni Valderrama y Pape Gueye coja unos derroteros inesperados. Llamados a ser dos futbolistas sobre los que sostener el nuevo proyecto, son varias las causas que provocan que su hábitat natural en este primer mes y medio sea el banquillo.
La rigidez de Eugeni
En el actual Real Zaragoza prima lo grupal por encima de cualquier individualidad y, quizás, es ahí donde rechina la figura del ex de Albacete o Huesca. Un jugador de chispazos muy concretos al que le han arrebatado su baza por excelencia, el balón parado. En la implantación de la metodología de Carcedo destacan siempre las jugadas en corto, sumando hombres cerca del esférico ya sea desde la esquina o, prácticamente, cualquier zona del campo.
Desde su llegada siempre se le ha achacado ser más influyente en creación, aportar creatividad en el último tercio y adquirir un mayor peso en transiciones, algo que solo se ha visto de manera esporádica. El contexto no se acerca ni por asomo al que conoció con Juan Ignacio Martínez y en el estilo propositivo, siempre con el balón como argumento principal, el ‘8’ debería acoger, con méritos de por medio, un papel más protagonista.
La adaptación y el beneficio de la duda
El Real Zaragoza acudió a un mercado exótico para solucionar el déficit de delanteros en plantilla y Gueye fue la solución en el último día de mercado. Llegó todavía con Azón convaleciente y sin haberse producido la explosión goleadora de Simeone. Todo invitaba a pensar que la vitola de ‘9’ titular la cogería inmediatamente, pero lo cierto es que acumula dieciséis minutos (ante el CD Lugo) en tres partidos.
Sanllehí ya se ha encargado de desmentir un posible ‘caso Gueye’, pero viendo la sucesión de acontecimientos (destape de Giuliano y vuelta de Azón), puede quedar relegado por detrás de los dos jóvenes atacantes. En pleno periodo de adaptación, Pape ha encontrado una barrera en el idioma que jugadores como Gabi Fuentes, procedente también de un mercado poco trasteado, no han tenido. Pese a todo, la paciencia con él es capital, pues ha demostrado tener gol (25 en las últimas dos campañas) y es algo a lo que no puede renunciar Carcedo.