Segunda derrota de la pretemporada para Casademont Zaragoza, que no ha podido ante Urbas Fuenlabrada en Calatayud (82-88). Ha sido un partido bronco por momentos, donde los de Jaume Ponsarnau han sufrido para capturar el rebote en su aro. A la baja sabida de Yusta por lesión, se le ha unido la de Matt Mobley por un problema gastrointestinal de última hora.
Casademont Zaragoza saltaba a pista con Omar Cook, Aleix Font, Stan Okoye, Hans Vanwijn y Jamel McLean. Fuenlabrada estaba mejor en los primeros minutos, con un 2+1 de Meindl, robos de Alexander y buenas terminaciones de Cheatham (6-13). El partido se volvía algo bronco, aunque sin llegar a mayores.
Radoncic de alero
La entrada de San Miguel y Hlinason mejoró al equipo. El islandés se agigantó en defensa y el base zaragozano le generó canastas fáciles al propio Hlinason y Vanjiwn. Radoncic pasó a jugar de alero -ante la ausencia de Yusta- y su pelea bajo aros permitió poner el empate en el primer cuarto (20-20).
Intercambio de golpes en el inicio del segundo envite. San Miguel comandaba a los rojillos con dos triples, pero la clase de Cheatham y el trabajo de Emegano mantenía muy cerca a los madrileños en el marcador (29-27).
Arreón del Fuenlabrada
San Miguel volvía a anotar desde el perímetro, pero del 34-32 se pasaba al 37-44 tras un parcial de 3-12. Fuenlabrada tenía muchas segundas opciones con el rebote ofensivo y Meindl y Alexander ejecutaban. Dos contraataques de Font y Vanwijn recortaban hasta poner el 41-44 al descanso.
Con muchas faltas e interrupciones arrancaba la segunda parte, algo que se saldaba con alguna técnica y antideportiva para cada equipo. Cheatham ponía el 49-54. A partir de entonces, Casademont Zaragoza aplicaba sus mejores minutos. Una gran defensa, un triple de Cook, un contraataque de Okoye o el poderío en la pintura de Hlinason servía para darle la vuelta al partido (67-64).
La habilidad de Radoncic y un triple de Okoye comenzaban con la ofensiva en el último cuarto (73-70). Pero Fuenlabrada supo jugar muy bien sus cartas, y hubo numerosos empates en el marcador (a 17, a 78, a 80 o a 82). McLean sufría mucho ante pívots grandes como Ristic. Cheatham sentenció con un triple y Alexander puso la puntilla con un mate tras rebote ofensivo (82-88).