Cuando hablamos de que el Real Zaragoza ya piensa en la próxima temporada, no solo nos referimos a lo deportivo, sino también a términos económicos. En el seno del club preocupa la viabilidad del equipo una año más en Segunda División.
La deuda neta del Real Zaragoza sigue siendo de 81 millones y aunque cada año se reduce, el hecho de continuar en La Liga 123 hace que las cuentas no puedan sanearse al ritmo deseado por la Fundación Zaragoza 2032. En 2014, cuando entró al club la actual directiva, la deuda era de 140 millones de euros.
Pero la máquina no puede forzarse durante mucho más tiempo. El presupuesto de esta temporada se ha situado en 15 millones de euros, 7 de ellos de derechos televisivos. Y ello, teniendo en cuenta que el Real Zaragoza de Natxo González terminó la pasada campaña en tercera posición. Este año, tal y como van las cosas y solo en derechos televisivos, el Real Zaragoza ya perdería en torno a un 10% de sus ingresos.
¿Es viable el futuro en Liga 123?
Ante la reducción de ingresos de cara a la próxima temporada, el club deberá vender futbolistas, pero también se abre la posibilidad de una ampliación de capital. No es la primera vez que se habla de ello.
El presidente Christian Lapetra ya ha dicho en varias ocasiones que seguir reduciendo deuda en Segunda División es “muy difícil, por no decir imposible”. Algo que se acentúa desde esta campaña, cuando el Real Zaragoza ya no puede seguir posponiendo los pagos del convenio de acreedores fijados tras el proceso de Ley Concursal.
Por su parte, el consejero del área económica Fernando Rodrigo ha dejado muy claro que los actuales beneficios del club “no son suficientes para atender la carga de la deuda”, llegando a calificar de “inviable” el futuro del club en Segunda División.
¿Cómo afrontar la bajada de ingresos?
Con la realidad deportiva actual se antoja necesario que el Real Zaragoza, como mínimo, pueda mantener su nivel de ingresos de esta temporada.
De lo contrario, el club sería como una pescadilla que se muerde la cola: cuanto más tiempo en Segunda, menos ingresos, menos límite salarial, peor plantilla y menos posibilidades de ascender. Un ciclo económico que se repite cada temporada y que, con el paso del tiempo, acentúa la preocupación en el Real Zaragoza.
La puerta se abre a nuevos inversores que hagan viable la supervivencia zaragocista. Por ello, una nueva inyección económica al Real Zaragoza debe ser siempre bienvenida. Descargaría presión sobre los actuales mandatarios y ayudaría a cumplir con los pagos del convenio de acreedores. Unas cantidades que deben abonarse sí o sí. De lo contrario, habría que responder ante la justicia con consecuencias irreversibles.