El capitán de la SD Huesca, Jorge Pulido, sonríe de nuevo y, con un nerviosismo “como si fuera el primer día de clase”, vuelve a los entrenamientos junto al resto de sus compañeros. Primera toma de contacto después de dos meses, un proceso que, según el azulgrana, debe ser lento y precavido.
“Teníamos muchas ganas de pisar el césped y empezar a rodar el balón. Llevamos dos meses preparándonos desde casa pero aun así, a partir de ahora, va a ser todo distinto. Veremos como responde el cuerpo porque todo este escenario es una incógnita“, explicaba.
Míchel priorizará durante los primeros días de entrenamiento el estado físico de los jugadores, tarea necesaria para evitar las lesiones: Debemos adaptarnos lo más rápido posible. Tenemos que coger el ritmo bueno y a partir de la próxima semana ya empezaremos a trabajar cosas individuales. Por el momento, en estos primeros días, debemos adaptar el cuerpo”, opinaba el capitán.
Pulido ve a la SD Huesca preparada para afrontar el final de la temporada. Cree que el equipo ha puesto todo de su parte “para llegar las condiciones más aptas posibles”. Todo ello para luchar “por un sueño tan bonito como es el de lograr el ascenso a la Primera División“.
Sin embargo, el escenario con el que se encontrarán los jugadores será totalmente diferente. Estadios sin aficionados. Un concepto que todavía le sigue chocando al propio Pulido: “Iba a decir que tenemos ganas de volver a El Alcoraz pero hasta eso va a ser muy extraño”, se sorprendía.
El entrenador madrileño junto a su cuerpo técnico comienzan a aplicar todas las medidas que LaLiga ha exigido para la correcta protección sanitaria de los jugadores. Medidas de distanciamiento y limpieza en un entrenamiento especial donde Doukouré también ha formado parte de él sin aparentes problemas.