Hasta aquí debería haber llegado Michel. Su propuesta futbolística, muy vistosa y deslumbrante a veces, en Segunda, donde la calidad de los jugadores es similar entre casi todos los equipos, no alcanza para un equipo humilde de primera. Así quedó claro en su primera experiencia, con su Rayo Vallecano, y así parece va a ocurrir con nuestro Huesca.
Nos falta gol -evidente- pero eso no es lo peor. Nuestra fragilidad defensiva nos condena semana tras semana. Michel ha dejado claro muchas veces que su forma de entender este juego es innegociable y que sistemas más “protegidos“ no están en su catálogo de opciones. Tres centrales, un trivote en medio campo, cuatro centrocampistas puros (sin extremos) son alguna de estas opciones que el descarta partido tras partido. Convirtiendo con ello a algunos jugadores en peores de lo que, en realidad, son.
Eugeni, Juan Carlos, Seoane son algunos ejemplos de esto que digo: arropados son útiles. En un sistemático dos contra cuatro salen malparados.
Y no tenemos plantilla para encerrarnos pero entre una opción y otra hay intermedios. Y es lo que necesitamos.
Me acuerdo mucho de Rubi. Ahí lo dejo. Sin reblar.