A sus 81 años, Félix Buil masculla que “no sé si lo volveremos a ver”. Es de Laspuña y se dirige a su localidad por un camino después de ver en acción a buena parte de los ‘biker’ de las Enduro World Series. Laspuña está hoy en fiestas. Por San Mateo. Pero hoy su pueblo vive otra fiesta. La de las dos ruedas. La de gente joven de los cinco continentes, la de los idiomas que se superponen, la de los coches aparcados en cualquier sitio respetando, eso sí, todos los accesos a campos y casas. Es la fiesta de la vida. Porque la Zona Zero Sobrarbe ha agitado la comarca. La ha puesto en el foco mundial de la BTT y Félix está feliz. Su deseo que fuera así siempre. Que Laspuña tuviera esta vida. “Esto está muy bien. Me gusta que haya este movimiento”, dice.
San Mateo es la fiesta patronal de Laspuña. “Si no estuviera esto habría cuatro bailes, algo para los pequeños y Jotas mañana domingo”, dice. Bueno y a San Mateo lo sacarían en procesión por cuatro calles, apostilla Antonio Villa, sobrino del alcalde Antonio Castillo, y que lleva 62 años viviendo en Francia. Félix Buil es un hombre duro. El jueves se hizo una buena andada y cuesta arriba, por puro monte. Fue por la tarde y con todo el calor para ver el recorrido. Y el termómetro ha pegado esta mañana fuerte. “De momento estoy fuerte. Tarde tres cuartos de hora”, dice con una sonrisa mientras indica el sitio a donde fue, que es todo para arriba.
Las EWS es la guinda a la comarca del Sobrarbe en una clara propuesta por impulsar el turismo asociado a la bicicleta. Las EWS estuvieron ya en el calendario de 2015 y, sin duda, supuso una ventana para un territorio que ha recuperado caminos y trabajado en firme desde hace años para desestacionalizar el turismo, para tener este vector económico todo el año. “Se ven cada vez más bicis de montaña”, dice Buil y Villa matiza que “hace veinte años ya se veía a gente que venía. No era como ahora, pero ya venían ciclistas por Socastiello y subían al Estacho y bajaban por el camino. Yo les decía ¿pueden subir con estas bicis? Y me decían que sí, que estaban entrenados”, y se ríe.
Y es que Laspuña ha sido durante este día un ir y venir de bicicletas, de aficionados que han aplaudido cada salto y cada cabriola de los biker. El final de la primera especial de esta mañana, la más larga del capítulo de enduro que este fin de semana descansa en Zona Zero Sobrarbe, ha estado lleno de aficionados. Unos con esquilas, otros martilleando el cuadro de una bici, otros gritando jaleaban cada paso de los corredores extenuados tras un descenso vertiginoso. Muchos han sufrido y todos han respondido a su manera a los gritos de ánimo, a cada aliento. La fiesta sigue mañana.