“De algo tenéis que hablar los periodistas”. Es esa manida frase que nos recuerdan todos los veranos. Y quizá no les falte razón a quienes la esgrimen. Deberían saber que si hablamos es porque nos dan temas de los que hablar, pero a buen seguro que nos gustaría hablar de qué portero va a venir al Huesca, o qué jugadores está sondeando la dirección deportiva para el ansiado retorno a Primera División.
El problema es que mientras a buen seguro, la dirección deportiva sigue trabajando en ellos, las filtraciones del caso Oikos y sus estertores, siguen salpicando el noble nombre de la SD Huesca. Les aseguro que es difícil hablar del caso Oikos. Hay que respetar la presunción de inocencia y el secreto de sumario no ayuda precisamente a poder informar con la rotundidad que el tema merece. Estoy seguro que llegará el día en que podamos hacerlo, pero sí podemos opinar y juzgar, al primer futbolista que ha admitido el amaño de un partido.
Lo ha dicho tranquilamente, sin despeinarse, con una desvergüenza brutal, que sólo puede significar dos cosas: que es un tremendo caradura y un pésimo profesional, o que prefiere quedar como lo anterior, en lugar de como criminal. Como lo segundo no está probado aunque haya indicios, digamos que repudio de forma tajante el comportamiento del individuo Íñigo López, porque sin ser futbolista profesional, cuando he tenido que salir a una cancha a jugar, siempre he salido a dar el máximo de mí, aunque mi equipo no se jugara nada, porque mi entrenador, mis compañeros, mis rivales sobre el campo y quienes dependían de que yo lo diera todo y no podían jugar, merecían un respeto.
Hablar, cuestión de honra
Igual en estos casos es mejor la prudencia y la tibieza, pero ahora mismo me gustaría leer y escuchar a los futbolistas que hace dos años compartieron vestuario con el individuo apellidado López, y que desmientan si deben hacerlo las acusaciones directas del ex futbolista del Huesca. Porque antes de la honra de una ciudad, de una afición y de un club, está la suya propia, y si los futbolistas en cuestión no salen al cruce de esto, estarán reconociendo la veracidad de lo dicho por López y deshonrándose a sí mismos y a su profesión.
Por eso, no puede pasar ni un minuto más para que salgan a defenderse, porque les han acusado directamente de venderse, de rascarse sus partes nobles en un partido, y de dejar de ser lo que son, profesionales.