Menudas dos semanas en Huesca capital con lo que se refiere al deporte. Nuestros 3 primeros espadas han recibido 2 derrotas seguidas que en algún caso han encendido las alarmas, o al menos han despertado el nerviosismo y la intranquilidad.
Me contaba un compañero, que el viernes en el Palacio algunos perdían la cabeza de Arenas. Digo yo que no es para tanto aunque la derrota fuera de esas que te hacen sonrojar cuando ves el marcador final. Es lo que tiene hacer un proyecto nuevo cada año. No valoramos el mérito que tiene cumplir un objetivo que va a quedarse sin premio por culpa de no tener 6 milloncitos de euros en calderilla para ascender de categoría. Aun así, aunque los últimos resultados están empañando un buen inicio, no queda más que hacer borrón y cuenta nueva para los peñistas, y pedir sosiego a los inquietos.
Lo del Bada Huesca sí es para estar intranquilo, al menos yo. Por supuesto que no miro al banquillo, aunque ya se sabe que la cuerda se rompe siempre por el lado más débil, pero uno, no piensa que la cuerda deba romperse.
No es cuestión de poner excusas, pero con tu jugador franquicia KO antes de empezar la temporada, y unas molestas lesiones que no dejaron conjuntar las piezas en pretemporada, han desembocado en la mayor crisis del club en cuanto a resultados que yo recuerde.
Mi intranquilidad no viene por los dos partidos y medio de desventaja con la permanencia, el objetivo para este año. Me quita el sueño no concretar las numerosas ocasiones de ataque que tiene el equipo, que le hacen perder los partidos.
Porque con sus más y con sus menos, el entramado defensivo funciona, con unos muchachos entregados que se aplican bien, pero mirando a la puerta contraria es otra cosa. Ir casi siempre a remolque en el marcador no es nada fácil, y tampoco, no encontrar a alguien que decida en los momentos clave. Es otra vez cuestión de paciencia, de que no atenacen los nervios y darlo todo en la segunda vuelta.
Y curiosamente, con una SD Huesca en puestos de play off, Michel sigue estando, si no discutido, con dudas por parte de algunos sectores, que en cierta forma, no están muy alejados de la realidad.
Me alineo en los que creen que el Huesca debería tener algún Pedro Mosquera más, ya no por el trabajo y calidad del futbolista, sino que en algunos momentos hace falta ese perro de presa en medio campo que pare un partido, que corra por los jugones de arriba, que reemplace a Mosquera cuando este necesite aire, y que le aporte a Míchel otra forma de jugar en algunos momentos.
Porque es fantástico tener el balón, pero si lo tienes y no lo aprovechas de nada te sirve. El Huesca tiene futbolistas fantásticos para jugar al balón, pero echo de menos gente que corra, que sea vertical, que rompa en el uno contra uno y que de cara a meta sea letal.
El Huesca va bien, pero como candidato al ascenso hay que exigirle como tal, y yo, le noto carencias. Unas carencias que esconden la calidad de Juan Carlos, los pases de Eugeni, el todo de Mikel Rico, las paradas de Álvaro, el empuje de Miguelón, la raza de Pulido y el inagotable esfuerzo de Mosquera.
No se olviden quienes andan inquietos con Míchel y su forma de juego, que Rubi estuvo 7 partidos sin ganar, que en medio de eso perdió un derbi y una ventaja de 11 puntos, curiosamente contra Míchel y su Rayo Vallecano.
Queda tanto por jugarse que es muy osado pedir la cabeza de Míchel, pero sí es lícito pedirle que use la cabeza para que el Huesca juegue a lo que puede y no a lo que el míster quiere, porque Eugeni no debe ni puede ser Mosquera, porque Pulido no debe ser un Enric Gallego ficticio, porque el Huesca necesita tanto a los jugones como a los currantes, que no sé porqué, escasean este año. Y ya me entienden ustedes a qué me refiero yo con currantes, no fuera a ser que me malinterpreten.
En fin, que llegando al final del año las aguas bajan turbias, pero igual que vienen feas ahora, en dos o tres semanas pueden estar limpias y cristalinas. Paciencia amigos.