Cruzada ya la última meta inexorablemente se abre un periodo de reflexión y análisis. Un ejercicio sano y necesario. Un tiempo que se abre para valorar lo sucedido. Y otro tiempo a continuación que se abre para enfocar los pasos a seguir hacia una nuevas ediciones. Hablo de la Vuelta Aragón, una competición que ha regresado para quedarse entre nosotros.
Sobre el presente, donde me permito incluir las dos últimas ediciones, el balance es altamente positivo. Donde había un cadáver ahora hay un ser vivo. Donde había desconocimiento ahora hay interés. La sensación de que cada vez interesa más la ronda aragonesa es tan real como a la vez importante. Queda demostrado por la amplia cobertura de los medios, por el decidido apoyo institucional, por presencia en redes sociales y por todos esos aficionados que llenan metas y lugares de paso. La Vuelta Aragón ya es de todos porque comienza a sentirse en cada rincón de la comunidad. Y todo esto supone promoción de Aragón, con todo lo bueno que eso conlleva.
Con amplias miras de futuro
Ahora toca mirar al futuro, a nuevas ediciones. Apuntalar todo lo bueno que tiene y mejorar en cada faceta que sea posible. Deportivamente hablando el reto es tener una mejor competición a todos los niveles y para ello se antoja necesario conseguir el cuarto día de competición, algo que daría mucho juego si se logra convencer a la UCI. También habrá que ser valiente y original a la hora de trazar recorridos para hacer un producto atractivo. Ir donde no se ha ido, subir donde no se ha subido. En definitiva, aprovechar la rica variedad orográfica aragonesa para dotar a la prueba de unas características propias que vayan asociadas a su nombre.
Todo esto será posible si consigue tener el suficiente músculo financiero. Esto, como todo en la vida, funciona así. Más allá del inestimable apoyo del Gobierno de Aragón estará el lograr un mayor apoyo de la iniciativa privada. Consolidar a los actuales patrocinadores y a su vez encontrar nuevos apoyos. Se trata de crecer en lo económico para crecer en lo deportivo. Y Viceversa. No teníamos nada y ahora tenemos suficiente, pero queremos mucho más. La Vuelta Aragón es ambiciosa y los aficionados aragoneses aún lo somos más.