HUESCA| El Huesca de Ziganda se deshace como un azucarillo cuando juega lejos de El Alcoraz. Solo el Lugo y el Ibiza empeoran los números del equipo oscense. Un curso del que tiene que sacar conclusiones de cara al futuro Ziganda, pero antes tiene que encontrar la solución para frenar la sangría como foráneos. Desde el triunfo en el Carlos Tartiere han llegado siete empates y seis derrotas. 13 jornadas sin triunfos que supone la peor racha en la historia del Huesca en el fútbol profesional.
¿Qué le pasa al equipo oscense cuando juega como visitante? Ziganda en una rueda de prensa previa dijo que les faltaba “un punto de agresividad, determinación y confianza”. No es suficiente para explicar semejante dinámica de resultados, ya que ningún otro equipo de la categoría lleva tanto tiempo sin ganar lejos de su estadio. Los planteamientos del entrenador no funcionan y los jugadores no se aclimatan a sus órdenes.
Una de las decisiones más recurrentes pasa por poner a Kanté en los partidos a domicilio. En la segunda vuelta ha jugado como titular en seis de los ocho partidos y ha aportado un gol. El técnico ha apostado de forma decidida por el delantero africano y los resultadods no han llegado. Tampoco le ha funcionado el sistema con tres centrales y dos carrileros, con el que ha jugado en cuatro ocasiones y ha logrado tres empates (Burgos, Racing y Villarreal B) y una derrota en Las Palmas.
¿Qué hará en La Rosaleda?
El doble lateral en los dos costados puede ser la evolución. Ante el Tenerife acabó jugando con seis atrás, doblando las bandas con Nieto y Ratiu por la derecha y Florian y Vilarrasa por la izquierda. Una nueva variante, tal vez la más defensiva que ha utilizado Ziganda en Huesca y que puede venir acompañada con un doble pivote con Timor y Sielva y con Juan Carlos y Kanté como referencias. Una prueba más en busca del ansiado triunfo que devuelva la paz al vestuario oscense.