Durante los años 2000, la Fórmula 1 tuvo varias amenazas contra su título de “categoría reina” en el automovilismo mundial. La Champ Car en Estados Unidos fue un rival muy duro, mientras que los equipos de la propia F1 buscaban crear una serie aparte de la gestionada entre la FIA y Bernie Ecclestone. Sin embargo, una propuesta muy distinta llegó desde el mundo del fútbol: la SuperLeague Formula.
Mezclar el fútbol y el automovilismo, un mix extraño
La SuperLeague Fórmula surge en el año 2008 con la idea de aprovechar la popularidad mundial del fútbol y el atractivo visual del automovilismo para crear un marco único. Varios equipos históricos y de renombre del fútbol mundial formaron parte de la parrilla de salida del campeonato, entre los que destacaban el AC Milan, el Liverpool FC y el Atlético de Madrid, Cada equipo de fútbol tenía su propio monoplaza, decorado con los colores y emblemas distintivos del club, y los pilotos competían en algunos de los circuitos más emblemáticos del mundo.
La conexión emocional que los fanáticos ya sentían hacia sus equipos de fútbol era uno de los grandes atractivos de la competición, pero también en las apuestas de Betfair. Esta combinación tan peculiar permitía a los aficionados de sus equipos tener otro sitio más donde apoyarlos, en la pista. Esto creaba un sentido de identidad ampliado que iba más allá del fútbol tradicional, sumando velocidad, adrenalina y tecnología de alto rendimiento.
Un motor V12, como en los viejos tiempos
Para la categoría, la organización contrató a Panoz para desarrollar el monoplaza común para todos los equipos. El Panoz DP09 fue el chasis elegido, basado en el DP01 que se utilizó en la IndyCar años atrás. El coche era capaz de cumplir con todos los estándares de seguridad que la FIA exigía para los monoplazas de F1 de la época.
Sin embargo, lo más interesante no era la aerodinámica en la parte técnica, sino el motor que montaban. Un V12, como los Ferrari de antaño, fue el motor elegido, de 4.2L de cilindrada asociado a una caja de cambios de seis velocidades semiautomática.
El rendimiento, eso sí, estaba lejos del de un Fórmula 1. En el Autodromo Internazionale di Monza, circuito en el que competían ambas categorías y en el que el motor del SuperLeague Formula debía destacar, estos eran 14 segundos más lentos. Esto hizo que no fuera tan atractivo en las casas de apuestas como se esperaba, y los aficionados apreciaban el sonido del V12 y la presencia de equipos de fútbol, pero no fue suficiente.
Ascenso y caída de la SuperLeague Formula
El inicio de la categoría fue prometedor, pero no consiguió consolidarse. El formato era innovador, pero con la crisis económica, los equipos querían gastar menos dinero y, sobre todo, hacerlo en su actividad principal: el fútbol.
La falta de visibilidad mediática tampoco fue el mejor aliado para la SuperLeague Formula. Muchos equipos muy reconocibles se aventuraron en el campeonato, pero no lograron la atención masiva de otros eventos. La falta de seguimiento continuo y la ausencia de las grandes marcas automovilísticas no fueron fáciles de superar. Así, en 2011 hubo dos pruebas de la serie, que se terminó abandonando.