Una vez confirmado el entrenador de la próxima campaña, donde veremos en los banquillos a un Guillermo Arenas que tan buen sabor de boca dejó a la parroquia oscense, toca construir el nuevo Peñas Huesca. El objetivo: una plantilla con la que no se sufra tanto como en el último curso.
El técnico asturiano, esta vez llega al equipo oscense para empezar de cero, y hacer un equipo a su gusto, algo de lo que no pudo disfrutar la pasada campaña, con un equipo ya montado, y donde la única cara nueva que llegó en su estancia, Uros Petrovic, lo hacía lesionado, no aportando ningún plus al equipo.
Con Guillermo Arenas desde el principio lo que está claro que vamos a ver es un equipo trabajador, basado en la defensa, que no dé un balón por perdido y cuyo ritmo de juego sea lo más alto posible además de alegre, llevando el juego a un número de pulsaciones muy alto. Para ello, el entrenador ovetense quiere tener en el punto óptimo a la nueva plantilla desde el primer minuto, razón por la cual ha exigido entre 6 y 7 semanas de pretemporada, llena no solo de conceptos tácticos, sino de trabajo duro que prepare al equipo para batallas intensas en todos los choques, una dureza física que ya pudieron comprobar este curso sus pupilos desde su llegada, aunque administrando la misma para no agotar a los jugadores ya con más de la mitad de la temporada jugada.
Para esta nueva plantilla, donde nuevamente un buen porcentaje de jugadores serán nuevas piezas, Guillermo Arenas quiere contar con el máximo número posible de los jugadores de la pasada campaña, entre 3 y 4, para lo que no hay que buscar mucho para saber quiénes son, empezando por el capitán Jorge Lafuente, y siguiendo por los jugadores que más minutos disputaban con el asturiano, como Mikel Motos, un hombre de carácter y que aporta un gran derroche físico en todas sus acciones que le va como anillo al dedo tanto a club como a Arenas, Jokubas Gintvainis, faro ofensivo de Peñas Huesca y en quien depositaba su confianza en ataque, o Mirza Bulic, que tan bien acabó la temporada desde la llegada del técnico asturiano, siendo fundamental para la salvación, además de un Albert Fontet que finalizó como el jugador más valorado del plantel. Veremos qué depara el mercado y si no aparecen clubes con ofertas más potentes que puedan impedir llegar al número de renovaciones deseado.
Además de jugadores trabajadores, los equipos de Guillermo Arenas siempre se han distinguido por tener un gran director de juego, comenzando en Oviedo por un Fran Cárcenas a quien abrió las puertas de ACB en Obradoiro, club con el que no ha renovado su contrato y está a la espera de ofertas, siguiendo por Ferrán Bassas, que también saltó a ACB para jugar en Tenerife, y volviendo a contar la pasada campaña con un gran base a quien dio todos los galones como Jokubas Gintvainis.
Por último es un amante del baloncesto actual, donde le gusta que los hombres altos puedan lanzar desde el exterior con acierto, sobretodo los ala-pivots, pudiendo tener amenazas desde cualquier zona y abriendo el campo, siendo de esta forma muy importante el lanzamiento de 3 puntos en los equipos que ha podido construir desde el inicio buscando ese “extra pass” que saca situaciones cómodas de tiro.
Está claro que quien llegue este año a Peñas Huesca tiene que tener ganas de trabajar, trabajo con el que llegarán los éxitos (ascendió a Oviedo a LEB Oro, llegó en su segundo año a semifinales, y en la tercera logró una holgada salvación sin el presupuesto que ahora tiene el club asturiano), así como el crecimiento de los propios jugadores, y es que Guillermo Arenas siempre intenta sacar lo máximo de los hombres a los que entrena para hacerlos mejores en la pista, algo que siempre le agradecen con una buena conexión, quizás también por su juventud, sus pupilos.