ZARAGOZA | Ya avisó Víctor Fernández que varias cosas iban a cambiar en su llegada. Quería jugar un fútbol ofensivo y facilitarle la vida a sus jugadores, colocándolos en su sitio y evitando hacer extraños experimentos. Lo primero, pese a la derrota, se cumplió. Y lo segundo, salvo por el curioso invento de Mouriño al lateral, también.
El caso más claro de evitar experimentos se vio en la banda izquierda. Posición frecuentada por Mollejo, Valera o Francés antes que por Quentin Lecoeuche, lateral izquierdo puro. El francés encadenaba varias jornadas seguidas sin contar para Julio Velázquez. Aportaba desde el banquillo, pero solo había salido de titular dos veces en 2024. Dos de nueve oportunidades. Y sin tener un competidor real en su posición. Extrañamente no encajaba en el esquema del salmantino, aún cuando se jugaba con defensa de tres y el francés podía centrarse más en las acciones ofensivas que en las defensivas. Acciones en las que destaca.
Está claro que Lecoeuche no contaba mucho para el ex técnico blanquillo. Y viceversa, pues al parecer tampoco le caía en gracia al lateral. El miércoles, en rueda de prensa, no dudó en soltar algún guiño hacia Velázquez. Para Lecoeuche, el cambio de entrenador le vino muy bien para mejorar su confianza. Opina que Víctor sí que se preocupa por su estado de ánimo y confía en él.
Lo cierto es que el regreso de Víctor le vino muy bien y se demostró en el campo. Tan cierto es que su nivel había bajado en los últimos partidos de Velázquez como que ante el Espanyol se reivindicó y cuajó un buen partido. El carril izquierdo fue suyo y se entendió a la perfección con Mollejo primero y con Liso a partir del 66. Además, aunque no tuvo que incidir demasiado en defensa, supo contener a Rubén Sánchez y Jofre.
Pese al buen partido, Lecoeuche es consciente que no está siendo su mejor temporada. Especialmente en defensa, donde ha sido protagonista en alguna de las acciones que peor se le da al conjunto blanquillo, el centro lateral. Tampoco está siendo la más fácil, ya que nunca había sufrido tantas lesiones como ahora. Una más del triángulo de las bermudas de la Ciudad Deportiva, donde cualquiera que la pisa sufre un alto riesgo de lesionarse. Hasta en cuatro ocasiones se ha visto obligado a perderse algún partido por culpa de las lesiones. Una vez superados sus recurrentes problemas musculares, le restan once jornadas para demostrar que merece quedarse un año más. Con la confianza de Víctor Fernández y la devolución de su puesto, tiene la oportunidad perfecta para rendir al mejor nivel.