El Real Zaragoza pelea desde el inicio del curso con un problema ante el gol. Quizá porque Torrecilla no ha acertado en la elección de los goleadores en ninguno de sus mercados. Álvaro Giménez fue la apuesta del verano y sus registros se han quedado lejos de las previsiones. El delantero ilicitano ha tenido apariciones muy concretas en la temporada, en momentos de máxima dificultad. En dos duelos claves del curso, ante Burgos y Las Palmas, salvó a JIM en su puesto. Desde entonces, da la sensación de haber mejorado su juego colectivo, de ser más que nunca un futbolista de equipo. Pero sus cinco goles demuestran que, de momento, ha fallado como delantero.
En el carrusel de goleadores le acompañan Iván Azón y Valentín Vada. El argentino fue una sorpresa agradable en el inicio de la temporada y Azón es una realidad sólida para esta y las que vengan. Vada entró en Zaragoza con buen pie y goles desde el banquillo. Mostró personalidad, un perfil competitivo alto y seguridad en lo que hacía. Desde invierno, sufrió una crisis existencial y dejó de tener peso ante el gol y los partidos.
El punto que mostró el deterioro de Vada fue su expulsión en Anduva. Desquiciado en una disputa intrascendente, vio la roja y dejó al equipo sin margen y con uno menos. El argentino no volvió a ser importante hasta el duelo ante el Amorebieta. Como el fútbol está lleno de caprichos, también apareció una expulsión en su camino. En un duelo similar, durante el descuento, sí supo contenerse. El árbitro, que había prejuzgado al argentino, corrigió su decisión y Vada se quedó en el campo. Un minuto después ganó una disputa en la media y proyectó la carrera y la asistencia de Fran Gámez. En Tenerife, más feliz y entonado en su regreso al Heliodoro, recuperó, planificó la jugada y cazó el rechace para marcar. Lo consiguió más de 160 días después de su último tanto, que llegó frente al Girona.
Más recientes han sido los goles de Iván Azón, que vuela en el momento clave de la temporada. Negado ante las porterías durante un largo tramo del curso, en Butarque olvidó algunos fallos sonados, como los que llegaron en Valladolid o Ibiza. Su error en el José Zorrilla le hizo llorar en el descanso. Meses más tarde, sonrió tras un pase de Miguel Puche en un partido ya perdido. En ese punto de la temporada, encontró el gol y la pista para los cuatro que llegarían más tarde. Y resulta poco ambicioso anticipar que aún restan varios por llegar antes de que todo acabe.
Los tres goleadores del Real Zaragoza -Azón, Vada y Álvaro Giménez- se acercan al 50% de los tantos marcados por el Real Zaragoza. En la lista, también aparecen Borja Sainz (2), Francho Serrano (2), Nano Mesa (2), Jaume Grau (2), Francés, Bermejo, Narváez, Petrovic, Puche, Eugeni y el autor del primer gol del curso, Eguaras, ya traspasado al Almería.
Torrecilla sigue sin encontrar goleadores y Sabin Merino, el boleto de invierno, permanece intacto. En un equipo sin gol, Álvaro Giménez solo se encuentra en el área, Vada sorprende o se deprime y Azón es la gran esperanza.
Tres goleadores para quince tantos.