ZARAGOZA | Raphael Dwamena ha perdido la vida esta mañana en Albania, mientras jugaba a fútbol con su actual equipo, el Egnatia Rrogozhinë. Antes de que se alcanzara el minuto 23, Dwamena se desplomó. A pesar de la rápida intervención de los servicios médicos, el futbolista ha fallecido en el hospital al que había sido trasladado. Cuatro años después de su paso por Zaragoza, los mismos problemas cardíacos que se le detectaron entonces han acabado con su vida.
“Si me muero en un campo, será voluntad de Dios. Me iré y punto”, dijo Dwamena hace no mucho. Su intención siempre fue jugar a fútbol y quiso asumir los riesgos. Fue una de las grandes apuestas del Real Zaragoza en la temporada 19/20. Llegó procedente del Levante y logró estrenarse como goleador ante Alcorcón y Extremadura. Durante uno de los encuentros, los seguimientos médicos detectaron unos valores cardíacos altamente preocupantes. Las pruebas posteriores confirmaron los peores pronósticos y tuvo que detener la práctica deportiva.
En Zaragoza, se le implantó un stent y un desfibrilador automático que le permitió reanudar su vida cotidiana. Su obsesión siempre fue regresar al campo de juego y tras pasar por el quirófano, buscó nuevas oportunidades en ligas menores. Jugó en Dinamarca, en Austria y Suiza. Fue precisamente en Austria cuando revivió un episodio en pleno partido, se desplomó esta vez desde el banquillo. En su siguiente tentativa, en Albania, disfrutaba del deporte, con 12 goles en los 12 encuentros que había disputado hasta la fecha.
Al borde del minuto 24 de encuentro, mientras el juego estaba detenido, Dwamena cayó al césped. Una marabunta corrió para socorrerle, alertados por un riesgo que todo el mundo conocía, por una tragedia que parecía anunciada. Él siempre consideró que su fútbol y su vida eran casi lo mismo. En ese punto exacto del encuentro, las dos cosas se detuvieron para siempre.