ZARAGOZA | Las desgracias en el Real Zaragoza nunca vienen solas y la lesión de Raúl Guti representa un duro revés no solo a nivel deportivo, sino también a nivel emocional por lo que había supuesto su regreso. Si ya sorprendió su suplencia en Albacete, que no calentara ni un solo minuto encendió todas las alarmas y el club acaba de anunciar que padece una “lesión a nivel del músculo semitendinoso”. En un parte que nos sabemos casi de memoria, “el jugador queda pendiente de evolución”.
El centrocampista zaragozano sintió molestias en la musculatura isquiotibial de su muslo derecho al término del entrenamiento del pasado jueves y ante la persistencia de los síntomas, el jugador ha sido sometido a pruebas radiológicas. En una media que no va sobrada de efectivos, la lesión de Guti vuelve a trastocar los planes, a alterar la normalidad y se une a una enfermería que nunca ha terminado de vaciarse a lo largo de la temporada.
Sin noticias de Keidi Bare, que sigue sin ejercitarse con el grupo, Kervin Arriaga y Toni Moya tampoco han participado en el primer entrenamiento de la semana. En este punto, Lucas Terrer oposita a ser la solución de emergencia de Miguel Ángel Ramírez. El canterano es un futbolista del agrado del técnico canario, que explica su fútbol a través del pase, el rigor y el trabajo.
La Ciudad Deportiva no perdona
Crónico en cualquiera de sus formas, el problema del Zaragoza con las lesiones viene de atrás. La de Guti sigue un patrón que se repite: cualquier futbolista es más vulnerable en los campos de la Ciudad Deportiva, que colecciona partes médicos hasta de jugadores con historiales blancos, limpios de dolencias. En un último mes dramático en este aspecto, es la sexta lesión muscular en cuestión de dos semanas.
🏥 Parte médico | Raúl Guti
— Real Zaragoza (@RealZaragoza) February 10, 2025