Después de una evolución magnífica temporada tras temporada, ahora Raúl Jardiel tiene uno de los mayores desafíos de su carrera al frente del CD Ebro. La nueva y exigente categoría va a tener que sacar lo mejor de los equipos aragoneses independientemente de la situación en la que estaba la pasada temporada y el conjunto zaragozano es un buen ejemplo de ello.
Antes de abordar la competición liguera, debo preguntarle sobre la experiencia que han vivido en la Copa Federación, llegando hasta la semifinal donde se perdió contra el Córdoba.
Volvimos muy satisfechos del partido realizado en Córdoba. Hemos visto y nos hemos enfrentado a equipos de Primera RFEF y estoy convencido de que ellos podrían estar perfectamente en esa categoría. Es uno de los estadios más impresionantes de la categoría tanto por la calidad de sus instalaciones como el ambiente de la afición. Fue un lujo poder jugar ahí.
Su currículum sigue creciendo aunque uno de los logros más destacables es el ascenso logrado con el CD Brea la pasada temporada. Tras conseguirlo, el Ebro llamó a su puerta. ¿Cómo se sintió?
Es todo un honor poder entrenar en un club que está evolucionando tan bien como es el CD Ebro. Después de lograr el ascenso con el Brea, recibí su llamada, querían reforzar la identidad aragonesa en el equipo y me enorgulleció que contaran conmigo para ello. Los medios, el tiempo y el personal del que dispongo hace que aprenda muchísimo más y lleve a cabo mi labor de mejor manera.
Sin embargo, el inicio ha sido complicado e irregular. ¿Qué le falta al CD Ebro de Raúl Jardiel?
Partimos de la base de que la igualdad está siendo máxima en este grupo. Estamos en la zona baja pero tan solo estamos a cinco puntos de los play offs. Somos conscientes de que a todos los equipos nos va a costar ganar. Por suerte, la aventura en la Copa Federación ya ha acabado y eso nos va a dar más tiempo para poder preparar los partidos durante una semana completa.
Debemos tener una mayor determinación en la parte de arriba, tener alternativas y ser capaces de sacar más ocasiones de peligro. Por otra parte, tenemos que aprender a adaptarnos a los campos ya que el nuestro es bastante pequeño respecto a otros como el del Teruel, Espanyol o el Ibiza. Debemos ser versátiles y, sea cual sea el escenario, llegar con confianza. Este equipo tiene margen de mejora y estoy convencido de que vamos a dar una mejor versión de nosotros mismos.
Como comentaba, la igualdad está siendo máxima en un grupo que, según parece, todos los entrenadores de los equipos aragoneses coincidís en que es el más complicado de todos. ¿Qué piensa de esta reestructuración de la Segunda B?
Tengo dudas respecto a este nuevo formato. Debido al grupo que nos ha tocado, va a costar mucho que los seis representantes aragoneses logremos quedarnos en la categoría. Y esto está ocurriendo en lo que ahora es la cuarta categoría del fútbol español, no la tercera mejor como era antes la Segunda División B. Por ello, yo creo que con esto, el fútbol aragonés se ha alejado del fútbol profesional.
Y ante esto, ¿cree que los equipos aragoneses tienen el potencial económico y territorial para dar un paso al frente y comenzar a mirar cotas más altas?
Tradicionalmente no la ha habido. El CD Ebro ha logrado asentarse en mitad tabla de la Segunda B en los últimos años pero el salto nunca llegaba. Ahora mismo, para poder subir a Primera RFEF, debes estar entre los 80 mejores equipos de España y para ello se necesitan proyectos importantes. Creo que en Aragón no va a ser fácil formar proyectos que miren hacia el ascenso. Por ejemplo, el Córdoba, donde jugamos el otro día, tiene un presupuesto de 9 millones de euros; nosotros no llegamos al millón de euros. Pero ante esto está el trabajo, el sacrificio y la ilusión de todos los que formamos parte del fútbol aragonés más humilde, aportando nuestro granito de arena para seguir creciendo.