El pasado viernes el ex preparador físico del Huesca Rayco Mederos reconoció en COPE HUESCA que había sucedido algo grave que había precipitado su salida del club “en contra de su voluntad”. El principal motivo fue que Rayco filtró información sobre el equipo azulgrana a Las Palmas. El club sorprendió a su preparador enviando un video del Huesca a las islas lo que representó un acto de total deslealtad que acarreó la salida fulminante del equipo.
Las desavenencias de la dirección deportiva y Rayco ya venían de lejos pues otro de los motivos que había molestado gravemente al club fue el cambio de residencia del preparador canario. Por contrato, los miembros del vestuario azulgrana tienen la obligación de residir en Huesca salvo previa comunicación y Rayco Mederos se había trasladado a Zuera para estar más cerca de Zaragoza, ciudad en la que trabaja su pareja sentimental.
En diversos estamentos del Huesca se fue perdiendo la confianza en el canario después de su renovación tras el parón navideño por dos años más. El cambio de residencia no gustó absolutamente nada en el cuerpo técnico ya que se consideraba que se perdía inmediatez en la capacidad de trabajo sobre todo fuera de las horas de entrenamiento. Sin embargo, su buen hacer sobre la plantilla, tanto en la preparación puramente física como en la prevención de lesiones, mantenían esa “relación profesional” que terminó por romperse en añicos tras el ‘affaire’ del vídeo trasladado a sus paisanos. Un gesto de traición que en cualquier empresa hubiera tenido la misma consecuencia.
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