El Real Zaragoza se medirá esta noche al Tenerife en busca de aire y de un triunfo que permita aliviar los miedos del grupo y de Carcedo. El técnico, lánguido en su discurso, se conforma con fases muy puntuales del juego y maldice a las lesiones en público y los arbitrajes en privado. Si esta plantilla tiene jugo, el técnico nunca ha sabido exprimirlo y se ha estrellado siempre a domicilio.
El fútbol está lleno de caprichos, de caminos cruzados y de atajos que te llevan al mismo lugar. Carcedo ha escuchado el rumor de una Romareda que le comparó pronto con Rubén Baraja. El técnico vallisoletano, al que conviene recordar más como un estupendo mediocampista que como entrenador, llegó a La Romareda tras liderar una gran segunda vuelta en Tenerife. El último partido que dirigió con el Zaragoza llegó precisamente en el Heliodoro, el 9 de noviembre de 2020. El mismo rival tumbó a otro técnico primerizo dos temporadas antes, a un Imanol Idiakez. La historia ofrece dos lecturas. En la más pesimista, la historia de Idiakez y Baraja puede repetirse con Carcedo. En la más feliz, el técnico le vencerá a los pronósticos y tendrá una prórroga tras vencer en Tenerife.
El Real Zaragoza y sus lagunas a domicilio
El Heliodoro será una prueba exigente para un Zaragoza triste, que ha logrado parecerse demasiado a su entrenador. El equipo aragonés ha mostrado todas sus lagunas a domicilio y solo venció en su cita en El Toralín ante La Ponferradina. Ese 11 de septiembre fue también la última vez que logró marcar un gol lejos de su estadio. Desde entonces, ha encadenado tres derrotas consecutivas como visitante, en Miranda, Santander y Granada. Tampoco supo vencerle a Las Palmas y cayó en Cartagena. Como las malas noticias suelen llegar en cadena, el Zaragoza se mide a un Tenerife tan bipolar en la temporada como fiable en su estadio. El equipo de Luis Miguel Ramis está lejos de ser el equipo que se quedó a las puertas del ascenso pero ha puntuado siempre en El Heliodoro.
El Real Zaragoza pierde para el duelo al jugador más imaginativo del grupo. Sergio Bermejo se suma a Azón y Serrano en la lista de bajas y Carcedo improvisará en ese lugar del campo. Se especula con el regreso de Vada al once titular y se cuenta también con la vuelta de Francés a la zaga y el fútbol pasional de Giuliano Simeone en la izquierda. Mientras Azón se pierde más partidos de los que juega, Gueye busca su sitio en el área, en el único lugar en el que parece un futbolista válido.
También el Tenerife acumula bajas sensibles como las de Sahoua o Corredera, dos de las mayores certezas de la pasada temporada. El equipo de Ramis sigue creyendo en el corte de Nikola Sipcic en su zaga, en el fútbol cerebral de Aitor Sanz en su media y en los goles de Enric Gallego. En su camino ha descubierto también el desequilibrio de Teto, la aceleración de Mo Dauda o los recursos de Iván Romero.
En una semana marcada por la salida de Cuartero y los rumores de un cambio de guión en la dirección deportiva, el Zaragoza busca un respiro en la temporada. Lo hará ante un equipo lleno de contrastes, el fiel reflejo de una isla capaz de llevarte del mar a la montaña con veinte minutos de distancia. Dos notas más reflejan el capricho de este juego. El Heliodoro puede ser el lugar del estreno de Guillen Naranjo, como también lo fue de Azón. Mientras, Sanllehí piensa en Juan Carlos Cordero, director deportivo del Tenerife como relevo de Torrecilla, que ya pende del mismo hilo que Carcedo. El técnico querrá evitar que el equipo canario actúe también con él como verdugo.
Una cosa queda clara antes del partido. O el Zaragoza y Carcedo inician su reacción o al duelo le seguirá una tormenta.
Alineaciones probables
Tenerife: Juan Soriano; Jérémy Mellot, Nikola Šipčić, José León, Nacho Martínez; Teto, Javi Alonso, Aitor Sanz, Mo Dauda; Iván Romero y Enric Gallego.
Real Zaragoza: Cristian Álvarez; Fran Gámez, Francés, Jair, Fuentes; Manu Molina, Jaume Grau; Víctor Mollejo, Valentín Vada, Giuliano Simeone; Makhtar Gueye