ZARAGOZA | El Real Zaragoza perdió ante el Real Oviedo un partido vibrante, en el que tuvo opciones, sobre todo en la primera mitad. En la segunda, entre Toni Moya, Víctor Fernández y Alemao lo decidieron todo. La expulsión del centrocampista creó un contexto en el que el Real Oviedo se creyó el rey y en un nuevo centro lateral encontró la llave de su partido.
La película del Tartiere tuvo desde muy pronto tensión, ritmo y un puntito de terror que ambos equipos trataron de contener a su manera. El Real Zaragoza comenzó el partido a mil revoluciones, conocedor de todo lo que se jugaba. Quiso dominar en el fútbol a través de la transición y fuera de él a partir de la intensidad. En apenas cinco minutos, Liso, en un ataque sencillo, de no más de cinco toques, lanzó el primer aviso y Mouriño se llevó la amarilla por una entrada sobre Alemao.
El Real Oviedo no tardó en hacer pie en el partido y, aunque en fuera de juego, Dani Calvo se encargó de recordarnos porqué Cristian es el mejor de los nuestros. El rosarino, en una acción de pura intuición, le negó el gol al central aragonés con una intervención de otra categoría. El Real Zaragoza encontró en Zedadka un atajo para estirarse y de sus botas estuvo cerca de nacer el 0-1.
Ais Reig, protagonista en este combate, no tardó en compensar en el ámbito tarjetero y amonestó a Paulino por una entrada involuntaria sobre Mouriño. El Real Zaragoza, acostado en su línea de tres, vivió cómodo durante toda la primera mitad. Ahí, en su área, se dejó la determinación que echó en falta en la rival. Sus ataque fueron tan rápidos como tibios.
El Real Zaragoza añadió al guion de su partido un detalle siempre desapercibido: el balón parado. El equipo de Víctor Fernández sirvió 11 saques de esquina a lo largo de los primeros 45 minutos, pero le faltó intención para abrir el marcador.
Segunda parte
En la reanudación, Carrión lo cambió todo. Sacó a Cazorla por Paulino, potenció su juego interior y se asentó en campo rival, en un cambio que invirtió la tendencia del Real Zaragoza en el partido. Los aragoneses pasaron a correr detrás de la pelota y vivieron sus momentos de mayor fragilidad. Cristian, eso sí, no falló a su cita y solucionó cualquier mínimo problema con total seguridad.
El Real Zaragoza, antes de la primera intervención de Víctor en el partido, lo intentó al contragolpe, su mejor arma, pero ni Maikel ni Azón acertaron en el momento de la verdad. Acto seguido, el técnico zaragozano buscó la mayor: ganarlo con Enrich y Valera en la punta. El primer impacto no fue malo. Enrich, de vuelta en Oviedo, lo probó con un disparo que pegó en un rival.
Hubo tiempo para contar la expulsión de Toni Moya por doble amarilla, en el tiro en el pie semanal del Real Zaragoza. El centrocampista vio la tarjeta por una dura falta sobre Colombatto y se encargó de coronar su partido con una protesta instantánea que le costó la roja. El contexto viró por completo y el Real Oviedo hizo bueno eso de que tanto va el cántaro a la fuente que al final se rompe: tras unos minutos de supervivencia, Alemao envió a la red un envío de Lucas desde la izquierda. El gol los retrató a todos. También a Víctor, que acabó con el partido del Real Zaragoza con los cambios.
A falta de dos minutos entró Cuenca, en un cambio que dejó a más de uno señalado. Ya sin tiempo, el Real Zaragoza pisó el área rival, donde impuso su ley Leo Román y donde nunca estuvo cerca de hacer daño, el matiz que marca su temporada. Así, el conjunto aragonés firmó su decimoquinta derrota de la temporada.
Ficha técnica:
Real Oviedo: Leo Román; Viti Rozada, Luengo, Dani Calvo, Pomares (Borja Bastón, 77′); Paulino (Cazorla, 46′), Seoane (Lucas, 70′), Colombatto, Borja Sánchez (Dubasin, 62′); Masca (Sebas Moyano, 62′), Alemao.
Real Zaragoza: Cristian Álvarez; Gámez (Lecoeuche, 88′), Mouriño, Jair (Bakis, 90+1′), Francés, Zedadka; Toni Moya, Jaume Grau, Maikel Mesa (Marcos Cuenca, 88′); Iván Azón (Enrich, 63′), Liso (Valera, 63′).
Goles: 1-0 min. 86 Alemao.
Árbitro: Ais Reig. Amarillas a Mouriño (5′), Paulino (11′), Jair (39′), Grau (54′) y roja a Moya (73′).