El Real Zaragoza cumple 90 años en el período más oscuro de su historia. Entre sus triunfos recientes, cuatro sobre la marcha, hay diez años de derrotas. Tres tentativas de ascensos frustrados en el momento de la verdad y otros tantos coqueteos con el descenso. La institución sigue pendiente de un cambio de propiedad ya anunciado y el club vivirá en breve un acontecimiento histórico. Por primera vez se abre a una inversión y a una nueva propiedad extranjera.
Jorge Mas Santos lidera al grupo empresarial que pretende resituar al Zaragoza en la élite. No hay noticias todavía de que el empresario de origen cubano sepa donde estuvo este equipo alguna vez, pero mientras los márgenes de la negociación se dilatan, habrá tenido tiempo de estudiar la historia. La afición pregona desde hace tiempo un cántico que se ha hecho célebre. El clásico volveremos otra vez tiene un punto romántico, entre otras cosas porque no parece excesivamente cercano. Pero sirve como símbolo del motor del club. La afición del Real Zaragoza es ahora más emocionante y militante que nunca. Y asume en esta década un dicho popular para su club: “quiéreme cuando menos lo merezca, porque será cuando más lo necesite”.
90 años del Real Zaragoza dan para mucho, para triunfos inolvidables y equipos que entran ya en el terreno de la leyenda. Suyos fueron algunos de los goles que hicieron temblar La Romareda. Hoy, el Municipal ya no canta los mismos y tiembla por sí solo. No parece que pueda estar para el centenario, mientras en San José se buscan terrenos para edificar un nuevo estadio.
El aniversario incluye a equipos memorables: desde los Alifantes a Los Magníficos, Los Zaraguayos, el fútbol de buen gusto de Beenhakker, los Héroes de París o los vencedores de Montjuic. La sala de trofeos recuerda las gestas de otro tiempo: 6 Copas del Rey, una Copa de Ferias, una Supercopa de España y La Recopa. Del gol de las mil y una noches que marcó Nayim han pasado 27 años, pero sigue siendo el lugar al que todos los zaragocistas quieren volver.
Aquellos triunfos son un rumor para las nuevas generaciones, que solo conocen esas historias a través del relato de otros. Las suyas son victorias más modestas, tienen que ver con promociones y con el sueño recurrente del ascenso. Para ese relato creen en los talentos que surgen en la Ciudad Deportiva, que se ha convertido en la última década en un pozo sin fondo. Es probable que en la historia del Zaragoza haya mejores generaciones de cantera que esta, pero ninguna ha sido tan necesaria. Especialmente, en el contexto de un equipo ya sin grandes nombres y en una economía basada en la pura supervivencia. En esta historia permanece Alberto Zapater, como el último eslabón del equipo que fuimos. Su función en el campo se ha reducido, pero mantiene su condición de estandarte.
90 años incluyen sueños, desengaños, victorias y fracasos. El cumpleaños llega en horas bajas, pero pervive el deseo de una afición conmovedora. También en el tiempo de soplar las velas. Quizá porque siempre fue más fácil vivir y soñar con los ojos cerrados.