ZARAGOZA | El Real Zaragoza se mide al Albacete en una cita clave, en un partido que puede decidir muchas cosas. Entre ellas una balanza imprescindible, la más especial de todas las metas volantes: lo que pasa en casa. “El curso de las temporadas queda marcado por tu trayectoria como local”, ha repetido Víctor Fernández siempre que tuvo las riendas de La Romareda. “Tenemos que ser nosotros mismos, no podemos renunciar a nuestro estilo”, sostiene en todas sus ruedas de prensa.
Ocurre que el Real Zaragoza no sabe exactamente lo qué es, pero sí lo que tiene. El gol perdido en las últimas temporadas, también en el séptimo partido consecutivo sin Mario Soberón, el hallazgo del primer mes. Por el camino ha encontrado a Iván Azón y una estadística singular. Es el futbolista que más pases claves recibe y el segundo que más pases claves da. El dato describe a un delantero generoso: capaz de ofrecerse en mil batallas y desmarques, también de hacer jugar al resto.
La cita tiene una trascendencia especial, casi inesperada en noviembre. Se cierra un mes que ha sido gris en las últimas temporadas y el Zaragoza tiene la oportunidad de mejorarlo con un triunfo en su cierre. Enfrente estará el Albacete de Alberto González, un equipo bipolar, capaz de marcar como pocos y de encajar como nadie. En su delantera tiene a un goleador con un nombre poco comercial como Higinio, pero que ha llenado de tantos las porterías de Segunda en las últimas temporadas.
Le acompaña un mediocampista con vistas al gol como Agus Medina o un futbolista con veneno como Alberto Quiles. Capaz de lo mejor y de lo peor, sus partidos ante los aspirantes dejan al Albacete en un buen lugar. Víctor Fernández no fue tan generoso en los elogios en esta ocasión y quiso creer que en el poder de La Romareda y en la capacidad de los suyos.
Urge tapar la herida defensiva, con vídeos o sin ellos, guardar la banda izquierda y ser un equipo con todas las letras. Aketxe ha dejado atrás los algodones y se le espera para la cita. También a Samed Bazdar, el 50% de una mezcla que de momento ha funcionado mejor por separado que cuando actúa junta. En la media, Keidi Bare quiere dar los pasos hacia delante que la lesión le ha impedido. La duda reside en sus acompañantes: si darle continuidad a Francho Serrano, buscar el pase corto de Marc Aguado o el desplazamiento largo de Toni Moya.
En la banda izquierda, Víctor Fernández tendrá que solucionar un enigma: si cree en la recuperación de Adrián Liso o en la reinserción de Adu Ares. Sobre el primero se ha perdido una perspectiva elemental: solo tiene 19 años y lleva 28 partidos en el fútbol profesional. Parece cuestión de tiempo y confianza que el extremo acierte en el regate como ya hizo anteayer. A Ares, de 23, se le mira de una forma distinta. De los cedidos se espera rendimiento inmediato, recursos diferentes y una mayor implicación en todas las cosas. Quizá, después de vivir una semana compleja, Víctor crea que el fútbol pueda ser la medicina de Ares.
Al margen de ese detalle y de una incógnita en los laterales, el Zaragoza cree que la victoria se alcanzará más con la fuerza del grupo que con el peso de los nombres. La Romareda se llenará de color en busca de tres puntos de inflexión, con la voluntad de cambiar algunas suertes. La grada sumará, como lo ha hecho siempre. Y será un partido esencial para medir la respuesta del equipo. El Zaragoza buscará esquivar la niebla y el frío, recuperar el calor de su hogar.
Posibles alineaciones
Real Zaragoza: Gaëtan Poussin; Marcos Luna, Lluís López, Bernardo Vital, Dani Tasende; Keidi Bare, Francho Serrano, Ager Aketxe, Samed Bazdar, Adrián Liso; Iván Azón.
Albacete BP: Lizoaín; Rueda, Juan Antonio, Aguilar, Alcedo; Javi Villar, Riki Rodríguez, Javi Villar, Alberto Quiles, Agus Medina, Juanma García; Higiio Marín.