El Real Zaragoza comenzaba el partido con la certeza de que debía honrar la memoria de la ya demolida grada sur. Adrián Liso, pieza clave en la transición del balón hacia la línea ofensiva, se encargaba de conectar el juego. Soberón, actuando como mediapunta, se veía obligado a retrasar su posición para recibir el balón y generar mayor fluidez en el centro, vital para superar la presión adelantada del Elche CF. La defensa maña, con serenidad y cautela, movía el juego por ambas bandas, esperando el momento oportuno en que los delanteros lograran desmarcarse para lanzar balones largos. Pero no era suficiente para generar alguna ocasión de peligro.
El equipo rival se hacía con el control del balón, atacando de manera continúa por la banda derecha gracias a las rápidas transiciones de Nicolas Castro y Mercau. En esa zona, Bermejo se mostraba más atento a las labores defensivas junto a Calero que a sumarse a la línea de tres cuartos. El conjunto franjiverde evitaba los centros aéreos, optando por buscar compañeros en el centro del campo, pero, como era habitual, Keidi Bare y Marc Aguado permanecían atentos a cualquier balón filtrado.
El equipo maño encontraba dificultades para generar peligro debido a la falta de construcción frente al bloque defensivo, muy replegado, del rival. Lanzaba sus ofensivas con cautela, pero sufría ante los veloces contragolpes del Elche, que avanzaban con peligro hasta la portería de Poussin. Las oportunidades del Real Zaragoza nacían de rápidas aperturas por las bandas, creando espacios clave para centrar el balón hacia el punto de penalti, donde Marí y Soberón aguardaban con ansias. El partido se encendía cuando Liso, una vez más, recuperaba un balón que dejaba al Elche CF desarmado, pero Diaby, ya con una amarilla, provocaba una entrada polémica. El árbitro desacertado interpretó que fue limpia, lo que desató los pitidos y quejas en La Romareda, y enfureció a Víctor Fernández, quien acabó amonestado con una tarjeta amarilla.
La primera parte parecía no ofrecer más espectáculo, pero en el minuto 37, en la misma banda por la que el Elche CF había atacado durante todo el primer tiempo, Bermejo aprovechaba una desconexión rival para recuperar un balón dividido. Lo abrió rápidamente para Iván Calero, quien filtraba un pase raso entre los dos centrales hacia Marí. Este no dudó en disparar, y aunque Dituro dejaba escapar el balón por sus manos, el pichichi del equipo blanquiazul, Soberón, mostraba su astucia para recoger el rechace y colocar el balón en el fondo de la red. El más listo de la casa.
Sí, los ilicitanos lo intentaron más y crearon más ocasiones de peligro, pero, aunque el partido pueda ser muy estratégico, sacrificar la intensidad y la concentración puede traer consecuencias. Y así ha sido en esta primera mitad, con el Real Zaragoza adelantado 1-0.
Segunda parte
Ambos equipos saltaron al campo sin cambios, y el Real Zaragoza tomó la iniciativa con la posesión del balón. El gol parecía haber infundido nueva energía al conjunto de Víctor Fernández, mientras que el temor parecía haberse trasladado al equipo rival. En los primeros cinco minutos de la segunda mitad, el Elche CF cometió numerosos errores que los maños no supieron aprovechar, carentes de una construcción efectiva del juego colectivo, con poca efectividad de los jugadores en los espacios, siempre bloqueándose unos con otros.
Esta vez, los maños aplicaron una presión mucho más adelantada, buscando aprovechar cualquier error del rival para conseguir un gol que asegurara el resultado. Sin embargo, esta estrategia obligó a Bare y a Aguado a retroceder para cubrir las múltiples rupturas del equipo ilicitano por el centro. A pesar de las dificultades, la táctica funcionaba: el Elche no lograba conectar dos pases seguidos en los primeros diez minutos de juego. El temor, resultado de los errores y la intensidad del partido, llevaba a una decisión absurda: Óscar Plano, el mediocampista derecho de los franjiverdes, recibía una tarjeta roja directa por una falta sobre el lateral derecho Tasende, quien había interceptado una rápida transición del rival, dejando al Elche con uno menos.
El tablero cambiaba cuando Víctor Fernández decidía introducir a Toni Moya en sustitución de Marc Aguado, quien no había logrado conectar bien en el juego colectivo. Con la entrada de Iván Azón y Francho Serrano, el entrenador maño mostraba claras intenciones de capitalizar la ventaja numérica en el campo. La ausencia del jugador rival se volvía cada vez más evidente y se hacía aún más notoria con la incorporación de estos tres jugadores. La diferencia se concretaba en el minuto 68, cuando Mario Soberón, tras un centro de Iván Calero que se tomó todo el tiempo necesario, anotaba el gol de la tranquilidad. Con total calma y solo en el área, el delantero del Real Zaragoza ejecutaba una plancha cara al suelo para alcanzar un balón imposible para el arquero ilicitano que entraba por el costado izquierdo de la portería, colocando el 2-0 en el marcador.
Pero el festival de goles no terminó allí. En el minuto 84, el hambre de gol y el deseo de demostrar su respeto a la afición impulsaron a Francho Serrano a buscar su segundo tanto de la temporada. Con la incesante lucha de Adrián Liso, quien no cesaba en su esfuerzo por recuperar el balón, el esférico llegó a Francho en la media luna del área. Con una gran ejecución, Serrano la colocó con precisión en la escuadra izquierda de la portería, sumando un golazo al marcador.
El Real Zaragoza demuestra tener claro su estilo de juego en el campo. Salta al terreno con una estrategia bien estudiada, manteniendo siempre la intensidad y sin ceder ante el rival. Se acomoda como líder provisional e invicto. Tras esta significativa victoria en su primer partido como local en La Romareda esta temporada, el equipo suma 10 puntos de 13 posibles, con tres victorias y un empate. Así, el Real Zaragoza se sitúa en la parte alta de la Liga Hypermotion durante esta semana.
Ficha técnica:
Real Zaragoza: Gaetan Poussin; Calero, Vital, Lluis López (C), Tasende; Bermejo (Francho, min 65), Keidi Bare (Ares, min 74), Marc Aguado (Toni Moya, min 57), Adrián Liso; Mario Soberón (Marcos Luna, min 74), Alberto Marí (Azón, min 65).
Elche CF: Matías Dituro; Alvaro Nuñez (David Affengruber, min 63), Bambo Diaby, Matia Barzic (Mario Gaspar, min 63), Jose Salinas; Óscar Plano, Gerard Hernández (John Donald, min 63), Nicolás Castro; Josean (C), Agustín Alvárez (Sory Kaba), Nicolás Fernández.
Goles: Mario Soberón (Min 37 y 68), Francho Serrano (Min 84)
Árbitro: Rubén Ávalos Barrera. Bambo Diaby (Min 10, amarilla), Josan (Min 29, amarilla), Álvaro Núñez (Min 31, amarilla), Víctor Fernández (Min 31, amarilla), Mario Soberón (Min 45, amarilla), Eder Sarabi (Min 56, amarilla), Sory Kaba (Min 77, amarilla), Nicolás Fernández (Min 83, amarilla), Mario Gaspar (Min 83, amarilla); Óscar Plano (Min 54, roja)
(*) Crónica escrita por Pablo Díaz (@Pabl0_Diaz_)
Los goles de Mario Soberón, son de delantero, delantero. El primero intuitivo y oportuno, El segundo de killer, de delantero centro de toda la vida. Me recuerda en cierta manera a un delantero centro que tuvimos en uno de los descensos del Club a segunda división. Fichó en el año 1977, proveniente del Castellón, con Arsenio Iglesias de entrenador. Se llamaba Angel “Pichi” Alonso, un “bernicarlando” que con 22 años “explotó” en el Real Zaragoza, y que posteriormente fue traspasado al Barcelona, donde ya no volvió a ser el mismo, porque hay jugadores que sólo son de un club: Amarilla, Esnáider, Pardeza, Milito, Milosevic…. No sé qué les da el Zaragoza a los delanteros pero aquí tienen su edén propio y su idilio con el gol. Pues bien, “Pichi” Alonso, nos subió a primera división, como líder de segunda por primera vez en nuestra historia, y marcando cada una de las cinco temporadas que permaneció aquí entre 15 y 22 goles: goles de todas las facturas, formas y colores, como Soberón. De pillo, de jugada, de falta, de plancha, de volea… Quizá sea enorme la comparación, pero permítaseme la misma con el subidón del comienzo de temporada del Real Zaragoza y de Soberón. ¡Ojalá se repitiera la Historia!