ZARAGOZA | El Real Zaragoza se juega la salvación el próximo domingo ante el Racing de Ferrol, que aún cree en el playoff. Y la primera frase de este artículo debería extrañarte para siempre. Sucede que el club se ha acostumbrado a jugar por no vencer, a luchar por mantenerse. Una temporada más, el Real Zaragoza está al borde del precipicio y esta no debería ser una cualquiera. Sin ir más lejos es la más grave de todas ellas, la peor de las últimas once temporadas.
La nueva propiedad le dotó al club de mayor margen de maniobra en la categoría. Con uno de los 5 límites salariales más altos de Segunda, su fracaso se explica solo, con una rápida mirada a la clasificación. Tres entrenadores, una plantilla objetivamente descompensada y futbolistas muy lejos de su fama. Ese camino explica también el regreso a la casilla de salida: la llamada de socorro a Víctor Fernández.
Las lesiones marcan también la temporada y complican el plan de Víctor Fernández ante una final por la salvación. En la media, surge la necesidad de ensayar una prueba distinta a todas las anteriores. Si Jaume Grau ha sido el suplente perfecto a lo largo del curso, ahora es el único futbolista con el puesto asegurado en ese lugar del campo. Las otras posibilidades se basan en innovar de una forma u otra.
Una de las opciones es adelantar la posición de Alejandro Francés. El invento le daría al equipo recursos a la hora de robar en campo propio y contrario, capacidad para saltar líneas de pase a través de la conducción. Los otros matices se centran en mirar a la cantera, por mucho que para el filial pueda ser un daño colateral a todos los efectos. Fabio Conte -estrella de la ida del playoff ante el Pontevedra-, Lucas Terrer o Alberto Vaquero -brazo ejecutor del triunfo- están entre las posibilidades.
La salvación está en la mano y sigue pareciendo compleja al mismo tiempo. En un equipo debilitado en el ánimo y en el número, Zaragoza mira al duelo del próximo domingo como una batalla definitiva. En este punto de la historia, casi hace falta leer dos veces la frase con la que empezó este texto. Mientras el Racing de Ferrol apura sus últimas opciones de playoff, el Zaragoza se juega otro curso más la permanencia.